En Acarigua, Venezuela, se escuchan rumores de que el dueño de finca Alberto Perfidio Diaz engaña a su joven esposa, María Mercedes. Siendo ésta una joven muchacha de 25 años que tuvo la desdicha de casarse con éste vil hombre. María no vive una vida feliz, ya que todos los días Alberto, sale y vuelve en la noche, bajo los efectos de el alcohol. María detesta la noche porque sabe que será otra ocasión en la que será víctima de los golpes de Alberto.
Luego de unos años ella no hacia más que apoyarse en su hijo Pérfido de ahora 16 años, quien a medida que fue creciendo, desarrolló un odio hacia su padre, y le defendía. Pero ella justificaba el hecho de que su esposo la golpeara, decía que ella aprende mejor. Hasta que una noche, ella le hace la cena, a él le disgustó y le gritó "¡Desgraciada, sabes que no me gusta la carne a término medio!" la golpea, mientras ella llora. Pérfido estaba en su cuarto, y se cansó de todo. Entre forcejeo y sollozos de sus padres el agarra uno de los machetes de Alberto, y de espaldas, le corta la cabeza a éste. María y Pérfido entran en shock y ésta reacciona con rabia y le dice "Lo mataste. Al hombre que amaba. Eres una escoria Pérfido, ¿¡Cómo pudiste matar a tu propio padre!? ¡¡Te maldigo por lo que eres!!.
Ahora su alma vaga en el pueblito venezolano buscando el perdón de su madre.