¿Alguna vez te has encontrado en un lugar donde, de repente, te sientes completamente en paz? Un lugar que captura tus sentidos y envuelve tu mente con una serenidad total y una sensación de bienestar única; un lugar donde no tienes opción mas que olvidar tus preocupaciones cotidianas, tus temores triviales y mundanos. En dicho lugar, se vuelve claro que no eres una entidad aislada, sino parte de un todo eterno y sublime en una conección total con todo lo que te rodea.
Esa fue exactamente mi percepción al visitar la reserva de Punta Laguna, en Quintana Roo, México. Ubicada cerca de las famosas ruinas mayas de Coba, cerca de Tulum, la reserva de Punta Laguna es famosa por proveer un santuario natural para monos silvestres, así como muchas otras especies nativas.
Con la ayuda de un guía nativo de la región, uno puede recorrer la reserva en grupos pequeños (pues el propósito es perturbar lo menos posible a la flora y fauna del lugar), aprendiendo acerca de la exuberante flora y diversa fauna del lugar. En nuestra visita, fuimos afortunados de ver una familia de monos araña con crías, muy cerca de nosotros.
Sin embargo, para mi el momento más especial fue cuando encontramos la laguna: ese inmenso espejo de agua completamente tranquila y sin perturbaciones, que invita a la mente a adoptar un estado similar. El cielo casi se funde con el agua, solo separado en la distancia por una linea de vegetación tropical en el horizonte.
El vívido recuerdo del impacto que Punta Laguna causó en mi funciona ahora como un refugio, un santuario que ahora forma parte de mi. La naturaleza me hizo este regalo, que ahora llevo conmigo, en mis recuerdos, accesible cada que necesito un respiro de las preocupaciones de día a dia.
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NOTA: Para el Mexico challenge "Toma una foto", favor de tomar en consideración las primeras tres fotos, las cuales fueron capturadas por mi. La última foto también fue capturada en nuestra visita a Punta Laguna, y fue incluída para complementar el post.