Bing Ai

Todas las noches de Halloween volvía a verse la figura sombría con un sombrero de copa y un traje bastante raído.

Inclusive a veces se le presenciaba con un bastón de madera bastante gastado y un aspecto muy desaliñado.

Este personaje aparecía siempre en el centro de la ciudad, y estamos hablando de que es una capital con mucha cantidad de gente.

Podría llegarse a pensar de que se le confundiría fácilmente, pero era todo lo contrario.

Era un hombre sombrío, quizás en sus 40 o 50 años, con la piel como de cocodrilo, llena de sucio, de esas escamas que se ponen en el cuerpo cuando no se les ha dado suficiente mantenimiento y con olor a mugre.

Su característica era que aparecía solo la noche de Halloween.

Se le veía precisamente en la plaza central de la ciudad, y los niños acudían siempre a proponerle la pregunta de costumbre: “¿Truco o trato?”. Le decían con entusiasmo, sin miedo.

El misterioso hombre llevaba consigo una bolsa de terciopelo de color rojo que estaba bastante sucia y de la que generalmente se podían ver como emergían cucarachas, arañas y una serie de insectos que tal vez podrían decirse cienpies.

Bing Ai

Los niños, algunos, Le miraban con mucho asco y miedo debido a eso. Era alguien muy peculiar.

El hombre les decía: “Hola niños, soy Horacio, pero esta vez yo puedo darles algo mucho más valioso que caramelos”.

Los niños, por supuesto muy curiosos, se acercaban más y le decían: “¿Pero qué tienes allí?. Salen arañas, salen cucarachas de tu bolsa. Eres un loco, loco de camino, asco”.

El hombre solo se reía y sacaba de su saco tres objetos: en primer lugar, una moneda brillante como de plata; luego sacaba una antigua llave de estas que tienen como dos dientes, que estaba bastante desgastada, con el paso del tiempo se le había marcado el óxido; y de último les mostraba un frasco de unos cinco centímetros de altura que tenía un líquido viscoso y verde bastante brillante adentro.

Los niños, con los ojos muy abiertos y asombrados, preguntaban: “¿Pero qué es eso? ¿Qué es eso?”.

El hombre les respondía: “Por esta moneda ustedes van a poder pedir un deseo, pero recuerden, todos los deseos tienen un precio. ¿Están listos para pagarlo?

Esta es la llave que abre puertas a lugares que ustedes desconocen. Los llevará a sitios que son desafiantes, pero deben tener cuidado porque varias de estas puertas llevan a lugares muy peligrosos.

Y este frasco que ustedes ven aquí contiene toda la sabiduría del mundo, pero quien llegue a beber de él va a tener que mirar al abismo, a lo desconocido, a la muerte a los ojos”.

Bing Ai

Un niño escogió y le pidió que le diera la moneda. El hombre se la dio y el niño se fue, se marchó.

Otro niño pidió que le dieran la llave, esa que abre las puertas. La agarró y se fue corriendo a su casa.

Y por último, una jovencita de unos siete años de edad decidió pedirle el frasco de color verde. Lo agarró y se fue a su casa.

Inmediatamente, el hombre, al entregar los tres objetos, desapareció de los ojos de los que estaban presentes y no se volvió a ver sino hasta el próximo Halloween.

Pero esta vez, cuenta la historia, que la niña, al llegar a su casa, se bebió este frasco de color fosforecente verde y comenzó a ver cómo los distintos espíritus habitaban su hogar.

Distintas criaturas malignas con forma de murciélago, de dragones, monstruos inexplicablemente feos y horribles acechaban a su hermanito y a sus padres todas las noches.

Podía ver como una figura gigante de un demonio se alzaba sobre toda la casa donde ella vivía, y ese mismo demonio paseaba por toda la vecindad todas las noches, levantando las tapas de los techos de las casas, y ella veía como el demonio agarraba lo que parecían ser las personas y se las comía vivas.

Y este fue el precio que pagó por acceder al truco o al trato.

Este es un relato de ficción que espero que hayan disfrutado.

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Bing Ai

Every Halloween night the shadowy figure was seen again in a top hat and a rather shabby suit.

Sometimes he was even seen with a very worn wooden cane and looking very disheveled.

This character always appeared in the center of the city, and we are talking about it being a capital with a lot of people.

One might think that he would be easily confused, but it was quite the opposite.

He was a somber man, perhaps in his 40s or 50s, with skin like a crocodile, full of dirt, those scales that get on the body when they haven't been given enough maintenance, and smelling of dirt.

Its characteristic was that it appeared only on Halloween night.

He was seen precisely in the central square of the city, and the children always came to ask him the usual question: “Trick or treat?”. They told him with enthusiasm, without fear.

The mysterious man carried with him a red velvet bag that was quite dirty and from which cockroaches, spiders and a series of insects that could perhaps be called centipedes could generally be seen emerging.

Bing Ai

The children, some, looked at Him with great disgust and fear because of that. He was someone very peculiar.

The man told them: “Hello children, I'm Horacio, but this time I can give you something much more valuable than candy.”

The children, of course very curious, came closer and said: “But what do you have there?” Spiders come out, cockroaches come out of your bag. You are crazy, crazy on the way, disgusting”**.

The man just laughed and took three objects out of his bag: first, a shiny silver coin; Then he took out an old key, one of these that has about two prongs, which was quite worn out, with the passage of time it had become rusty; and lastly he showed them a bottle about five centimeters high that had a quite bright green, viscous liquid inside.

The children, with their eyes wide open and amazed, asked: “But what is that? What's that?".

The man responded to them: “For this coin you will be able to make a wish, but remember, all wishes have a price. Are you ready to pay it?

This is the key that opens doors to places you don't know. It will take you to places that are challenging, but you must be careful because several of these doors lead to very dangerous places.

And this bottle that you see here contains all the wisdom of the world, but whoever drinks from it will have to look into the abyss, into the unknown, into death's eyes”.

Bing Ai

A boy chose and asked him to give him the coin. The man gave it to him and the boy left, he left.

Another child asked to be given the key, the one that opens the doors. He grabbed her and ran home.

And finally, a young girl of about seven years old decided to ask him for the green bottle. He grabbed it and went home.

Immediately, the man, upon handing over the three objects, disappeared from the eyes of those who were present and was not seen again until the next Halloween.

But this time, the story goes, that the girl, upon arriving home, drank this green phosphorescent bottle and began to see how the different spirits inhabited her home.

Different evil creatures in the shape of bats, dragons, inexplicably ugly and horrible monsters stalked his little brother and his parents every night.

She could see how a giant figure of a demon towered over the entire house where she lived, and that same demon walked through the entire neighborhood every night, lifting the lids of the roofs of the houses, and she saw how the demon grabbed what that seemed to be people and ate them alive.

And this was the price he paid for access to trick or treating.

This is a fictional story that I hope you enjoyed.

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