Uno de los placeres de la vida, es la brisa del verano, sentir la arena, el sol, recorriendo por mi cuerpo, junto con la playa, sus olas, la tranquilidad y la calma que transmite estar en un ambiente tan relajado, transmite tantas sensaciones, que simplemente se podrían describir como un ambiente perfecto.
La naturaleza tiene una capacidad única para capturar nuestra atención y despertar nuestros sentidos y transformar nuestra percepción del mundo. No puedo evitar quedarme absorta por los panoramas inolvidables, los cielos abigarrados, las arenas suaves y los sonidos calmantes de las olas rompiéndose contra la costa.
Cada segundo que paso en la playa me llena de energía, y cada foto es una captura eterna de esa belleza y serenidad. La playa se convierte no solo en un lugar para descansar, sino también en un lugar de auto examinación y crecimiento personal.
Sin duda alguna, la playa siempre sera aquel lugar para escapar de lo habitual.