En la comunidad humanitas mensualmente se proponen temas diarios, los cuales no tienen que seguirse al pie de la letra sino que son indicaciones o sugerencias de reflexiones a compartir. Hace unos días tocó el tema de la espiritualidad, al ser sacerdote católico tengo mucho que decir al respecto, pero como al final creo que (como le indicaré en el transcurso de las siguientes líneas) la espiritualidad está en todo lo que hacemos, he elegido aquí dar un aporte desde una festividad religiosa que hace unos días tuve en mi comunidad parroquial, esta es la de la Virgen del Carmen.
Dentro de nuestra fe cristiana católica la devoción a la Virgen María es esencial, la teología desde sus origenes ha reflexionado de diversas maneras sobre su papel dentro de la historia de la salvación, un esfuerzo que se ha venido complementado por ciertas revelaciones recibidas por personajes históricos. Es allí donde podemos conseguir uno de los orígenes de las diversas maneras que tenemos de llamar a una misma figura, lo que nosotros llamamos advocaciones marianas.
En el caso de la Virgen del Carmen debemos remontarnos por un lado a la Biblia, donde tiene especial relevancia el monte Carmelo, ubicado en Haifa tierra santa, y que es considerado lugar de encuentro con Dios a través de la oración (Ver por ejemplo Primer Libro de Reyes 18,44 y Jeremias 50,19). Por otro lado, tener en cuenta también la historia, que nos habla de que unos monjes católicos fueron cultivando la devoción a la Virgen del Monte Carmelo, resaltando entre ellos San Simón Stock quien tuvo una revelación especial donde la virgen entregó un símbolo de protección para sus devotos: el escapulario (Aquí ya nos ubicamos en el siglo XIII, específicamente el año 1251). Aquí no me voy a detener en la historia , si no valerme de estos datos para resaltar la relevancia y el origen de la devoción a la Virgen del Carmen.
La espiritualidad que entraña esta devoción está pues en su mismo origen de hecho el monte del Carmelo en su raiz hebrea << Karm-El>> significa jardín de Dios. Es por ello que ser devotos a la Virgen del Carmen es junto con ella subir al monte del encuentro de su Hijo Jesucristo en quien tenemos puesta nuestra fe, ya que El es el centro, el motivo y el impulsor de nuestra espiritualidad, la cual no es más que aquellos principios o valores que orientan profundamente nuestras vidas. Podemos decir que la espiritualidad responde a la pregunta de aquello que llevamos dentro, aquello que guardamos y cultivamos en nuestro ser, aquello que enciende nuestro corazón.
Así como el mismo Jesucristo en su vida terrena nos dijo que su alimento es vivir en la voluntad de Dios Padre (Evangelio de Juan 4, 34) esta era su espiritualidad, nosotros podemos decir que lo que alimenta nuestro espíritu es el testimonio, mensaje y vida de Jesucristo. Es allí donde vemos de forma evidente cómo esta devoción mariana de la Virgen del Carmen, es un llamado a ir de manera constante al fundamento de nuestra fe (Primera Carta a los Corintios 3,11), quien le da sentido a nuestra espiritualidad.
Ahora bien cuando uno sube al monte luego baja, es por ello que la devoción de la Virgen del Carmen es un llamado a cultivar una auténtica espiritualidad la cual no se queda solo en el monte para vivir un encuentro íntimo con Dios sino que desciende del mismo para tener un encuentro con los demás, donde al final manifestamos ese espíritu que mueve nuestras vidas. Por ello estoy de acuerdo con esa afirmación que algunos autores hacen de que no somos seres humanos con experiencias espirituales, sino que somos seres espirituales con experiencias humanas.
Esta es la razón por la cual termino afirmando que en todo lo que realizamos esta implicada la espiritualidad, porque esto es lo que nos mueve desde dentro, lo que incluso nos impulsa a realizar cosas cuando no tenemos la motivación necesaria, porque es lo que nos sostiene en los momentos más fuertes. De allí que es admirable como esta devoción de la Virgen del Carmen se ha hecho presente en diversos aspectos de la vida civil de las personas: el ejército, los transportistas, la armada, etc.
En el macro sector de El Ujano, Barquisimeto (Venezuela) se ha venido retomando el patronazgo de esta advocación mariana, ya que hace 3 años que se ha retomado la celebración del aniversario de la fundación de esta localidad la cual este año ha arribado a su número 66, en esta fecha como antiguamente en sus orígenes se hacía cada 16 de Julio, reconociendo de esta manera las raíces espirituales de las comunidades aquí presentes, una espiritualidad que tiene siempre un movimiento doble: reforzar nuestra relación con el Dios encarnado en Jesucristo y cultivar unas buena relaciones, basadas en una sincera fraternidad entre nosotros. Es por ello que una oración apropiada para esta advocacion mariana puede ser como la siguiente:
"Te pedimos dulce madre que nos lleves al monte del Encuentro con tu Hijo Jesucristo, Nuestro Señor, para bajar fortalecidos al encuentro con nuestros hermanos a través del amor y la fraternidad sincera."