La palabra de esta semana genera diferentes pensamientos y sensaciones entre la mayoría, porque hay quienes consideran a estos seres, pequeños amigos simpáticos que se dedican a hacer travesuras, y hay quienes los conocen como seres diabólicos, usados para hacer el mal por quienes practican la brujería. Algunos saben de ellos por las películas, que suelen pintarlos como seres avariciosos, malignos, tramposos y horripilantes. Otros, más religiosos, aseguran que se llevan a los niños no bautizados, vaya usted a saber dónde.
Proviene de la expresión Duen de casa, que significa “dueño de la casa”. Razón por la cual, se dice que este espíritu fantástico habita en algunas casas y se creen los dueños de las mismas, algo que dejan claro cuando se empeñan en hacer caer las ollas de la cocina, apagan y encienden radios y televisores, baten las puertas o mueven de lugar otros objetos, confundiendo y asustando al inquilino del lugar, principalmente si esto ocurre a altas horas de la madrugada.
La primera parte de dicha expresión, es apócope de dueño, que deriva del latín dominus, “señor, dueño”, palabra de la que proviene la forma respetuosa de tratamiento Don; pero en otra publicación hablaremos más sobre ella.
Según la “Enciclopedia Salvat para todos”, este minúsculo ser fabuloso se considera una variante de los lares romanos, divinidades protectoras del hogar.
A diferencia de la creencia popular actual, se les tenía como un ser benéfico, con rostro de niño, pelo rizado y de menguada estatura, aunque bien proporcionado. Se les representaba con un traje de terciopelo rojo, larga capa, gorro rojo y negro con cascabeles. Vivía en los bosques, pero a veces se instalaba en las casas y ayudaba con tareas domésticas o se divertía escondiendo objetos.
Otra vieja creencia es que son los espíritus de los antiguos dueños de la casa, que regresan en esa forma para atormentar a los vivos o pedir un favor que después de llevarse a cabo les permita descansar en paz. Se les considera seres susceptibles que no toleran las críticas, llegando incluso a vengarse de quienes hablan mal de ellos. Además, se dice que si alguien roba su gorro, puede obtener grandes tesoros.
Sin duda, es bien conocida la imagen del duende con un caldero lleno de monedas de oro al otro lado del arcoíris, pero resulta menos popular, aunque más criolla, la del duende que te hace tropezar mientras caminas, lo cual, ocurre a menudo en las calles de algunos barrios del país, que carecen de asfalto y están repletas de baches y piedras sobresalientes, por lo que si no miramos donde pisamos, tal vez un duende se nos atraviese y nos haga caer de lleno.
Referencias:
• Real Academia Española. (1992). Diccionario de la lengua española (21a ed.).
• Nazoa, A. (2da.). (2014). La palabra de hoy. CENAL.
• Corominas, J. (3ra.). (1987). Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Gredos, S. A.
• AA. VV. (1965). Monitor. Enciclopedia Salvat para todos. Salvat, S. A. de Ediciones.
Diseño:
- Photoshop CS6
Recursos gráficos:
• Lupa.
• Libro.
• Pergamino.
Publicaciones anteriores:
• La palabra semanal: TIEMPO
• La palabra semanal: ALMANAQUE
• La palabra semanal: TRABAJO
• La palabra semanal: MENTIRA
• La palabra semanal: LIBRO
• La palabra semanal: INTRODUCCIÓN