Cuando pregunten por mi tierra - Ejercicio poético

Cuando pregunten
por mi tierra,
les hablaré del mar.
Pero no del azul
que se confunde con los cielos;
ni de su sol,
que es más caliente los domingos;
ni de su brisa salobre y oxidada,
que hace crujir
los cocoteros encorvados.
Les contaré
sobre la magia de la tarde
con su dorado
cegador sobre las olas
y del color
de la acuarela derramada
mientras el sol se marcha.

Cuando quieran
saber de Cumaná,
no trataré de impresionarlos.
Me guardaré su abril,
también su mayo;
el amarillo roble,
la rosa alfombra de apamate;
mi Manzanares florecido.
Les hablaré
de los racimos sonrojados,
sobre la alfombra
magenta de los suelos;
del verde y amarillo de los mangos,
en temporada eterna.

Cuando pregunten
por mi tierra,
yo les leeré poesía.
Y con respeto,
me saltaré la magia de los sabios
que han trascendido el tiempo,
para invocar
la magia de otras letras:
las nuevas luces de mi tierra.
Esas que vi nacer y transformarse
al son de una campana en Santa Inés,
en el calor de una casona junto al río,
bajo la luz brillante

de un Cielo de Esmalte.

Hoy les comparto este ejercicio poético en el que llevo un tiempo trabajando y aunque seguramente aún se pueda mejorar, he aprendido que en algún momento hay que soltar. Las fotos son de mi autoría y creo que son el complemento perfecto para este ejercicio, ya que son imágenes que retratan un poquito la belleza de mi Cumaná.

Imágenes de mi autoría

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