Marta grito fuertemente para sacar todo el dolor que llevaba dentro y no podía callar _ juro que mataré a quien mato a mi hijo, luego comenzó a llorar frente a toda la audiencia.
Mientras Miguel, baja la cabeza y escuchaba a la mujer, se siente avergonzado por haber asesinado a su hijo, pero la culpa y la vergüenza no lo libro de recibir la pena que le habían dictado, veinte años de cárcel por homicidio en segundo grado, esa fue su sentencia y él recién ha cumplido 15 años de haber llegado al mundo.
Durante el tiempo estuvo encarcelado Miguel recibía libros de lectura, cartas de apoyo que le enviaba Marta, la mamá del chico a quien él le había rebatado la vida. El joven siempre estuvo extrañado por la generosidad de esta señora que grito en el juzgado que lo mataría.
Pasaron quince años para que Miguel saliera en libertad, le redujeron la pena por buena conducta, en la puerta de salida de la penitenciaria estaba Marta esperándolo, le preguntó
_ ¿Miguel tienes dónde vivir?
Miguel le contestó con un gesto en la cabeza indicándole que no.
_ Ven tengo un cuarto desocupado hay te puedes quedar hasta consigas donde vivir_ le dijo Marta.
Cuando llegaron a la casa, después de comer Marta le pregunto a Miguel.
_ ¿Quieres trabajar?
_ Si por su puesto, pero creo que no será fácil encontrar un trabajo con mi historial. _ respondió Miguel
_ Ve aquí ya hable con el dueño es amigo mío y te dará un empleo _ dijo Marta pasándole una tarjeta al joven.
Miguel consiguió el empleo, se trazó una meta encontrar lo más pronto una habitación donde vivir estaba muy agradecido con Marta, sin embargo, la vergüenza y la culpa no lo dejaban vivir en paz en esa casa.
A los pocos meses de haber salido de la penitenciaria Miguel encontró un sitio a donde mudarse, cuando termino su turno de trabajo se dirigió a la casa de Marta iba a recoger sus cosas y a despedirse de ella, pero antes compró unas lindas flores para obsequiárselas.
Marta estaba en la sala cosiendo ya que con esa labor se ganaba la vida, se sorprendió ver a Miguel con aquellas flores.
_ Marta vengo a decirte que me marchó y darte las gracias por todo lo que has hecho por mí, no entiendo como tú has podido ser tan generosa después de lo que yo hice, matar a tu hijo. _ dijo Miguel.
_ Te acuerdas que grite fuertemente el día de tu sentencia que yo mataría a quien mato a mi hijo _ le hablo Marta a Miguel.
Miguel bajo la cabeza y la movió en forma afirmativa.
_ Pues déjame decirte que yo mate a quien mato a mi hijo, porque tú no eres él mismo que entro a esa cárcel, eres otra persona, así que ese asesino ya se murió.
Marta screamed loudly to get out all the pain she carries inside and could not keep quiet _ I swear I will kill whoever killed my son, then she began to cry in front of the whole audience.
While Miguel lowered his head and listened to the woman, he felt ashamed for having murdered his son, but the guilt and shame did not keep him from receiving the sentence that had been handed down, twenty years in prison for second degree murder, that was the sentence and he had just completed 15 years of having come into the world.
During the time he was incarcerated Miguel received reading books, letters of support sent to him by Marta, the mother of the boy whose life he had taken. The young man was always surprised by the generosity of this lady who shouted in court that she would kill him.
It took fifteen years for Miguel to be released, his sentence was reduced for good behavior, at the exit door of the penitentiary Marta was waiting for him, she asked him
Miguel, do you have a place to live?
Miguel answered with a nod of his head indicating that he did not.
Come, I have a vacant room where you can stay until you find a place to live," Marta told him.
When they arrived at the house, after eating, Marta asked Miguel.
Do you want to work?
Yes of course, but I don't think it will be easy to find a job with my background. Miguel answered
Go here, I already talked to the owner, he is a friend of mine and he will give you a job," said Marta passing a card to the young man.
Miguel got the job, he set a goal to find a room to live in as soon as possible, he was very grateful to Marta, however, shame and guilt did not let him live in peace in that house.
A few months after leaving the penitentiary Miguel found a place to move, when he finished his work shift he went to Marta's house to pick up his things and to say goodbye to her, but first he bought some nice flowers to give her as a gift.
Marta was in the living room cooking since she earned her living with that work, she was surprised to see Miguel with those flowers.
I come to tell you that I am leaving and to thank you for everything you have done for me, I don't understand how you could have been so generous after what I did, killing your son. said Miguel.
You remember that I shouted loudly the day of your sentencing that I would kill whoever killed my son," said Marta to Miguel.
Miguel lowered his head and shook it in the affirmative.
Well, let me tell you that I killed the one who killed my son, because you are not the one who entered that prison, you are someone else, so that murderer is already dead.
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