Tendré que aprender a olvidarte,
a que no seas en mí dolor cuando tu camino decida que ya es hora de dejarme.
Jamás sentiré por ti odio, desprecio ni rencor;
solo podré sentir amor por quien a su vida dejó acercarme, siendo yo, hasta su encuentro en la mía, nadie.
Tendré que aprender a olvidarte.
Ya nada será igual en mi vida
desde que la casualidad o el destino quisieron contigo y con mi vida cruzarse.
Siempre tendrás mi puerta abierta por si un día te pierdes y no puedas encontrarte.
Dejaré de par en par la ventana abierta por si en tu próximo destino tienes que descansar, si es que tienes dolor de otros lugares.
Tendré que aprender a olvidarte.
Ya no seré nadie para buscarte,
pero siempre estará el rincón de un café.
Y si puedo cogerte de la mano y preguntarte:
"Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo te va la vida? Dime si te puedo ayudar, cuéntame qué te pasa",
no te preocupes por nada, que tu eres fuerte y lo sabes.
Tendré que aprender a olvidarte,
por si un día vuelves conmigo
y necesitas perderte entre las letras
que solo nuestros corazones entienden
y de sus latidos saben.
Poema propio.
Fuente de la imagen... IA