Cuento Corto | El extraño hospital local | [ESP/ENG] | The strange local hospital

El extraño hospital local

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Toda una multitud acompañaba a los hombres que cargaban con la desafortunada niña. De lejos parecían hormigas acompañando a su reina en una larga procesión. Mark cuidaba en todo momento que el cataplasma improvisado que le puso, hiciese su función en todo momento, y aunque definitivamente no era la solución definitiva, se sentía aliviado de ver como su dolor podría ser contenido. Una de las mujeres del pueblo se aproximo al caserío con gran velocidad, su intención era dejar a todos atrás, como si tuviese que preparar algo o quizá también avisarle a alguien de lo sucedido. Al llegar, todos se dirigieron a una casa muy particular, sin haber tomado una decisión antes, todos sabían que debían dirigirse a ese lugar. Mark, en su corta estadía no recordaba haber visitado o visto a algún conocido en esa casa. El pueblo era pequeño, no era una tarea astronómica poder tener idea de más o menos donde vivía cada quien, así como los lazos sanguíneos que los unían. Pero esa casa en particular no estaba en su memoria, por lo que lo primero que vino a su mente fue que este espacio servía como una especie de hospital o recinto para tratar enfermos. La casa estaba muy lejos del centro del pueblo como para ser un hospital. Mark pensó que si los enfermos debían dirigirse a ella en casos de emergencia, lo más lógico sería que estuviese ubicada en un lugar céntrico. Siguieron caminando, y mientras observaba con detenimiento la situación en la que estaba inmerso, Mark se dio cuenta de algunos lugareños murmurando a su espalda, mientras lo veían y hacían señas un poco extraña. No mucha gente le prestó atención a estas personas, quienes parecían ponerse nerviosas a medida que la multitud se aproximaba a la enigmática casa.

Lo primero que percibieron sus sentidos fue un fuerte olor, al entrar la atmosfera cambio completamente, se podía oler con facilidad el aroma de más de 10 plantas diferentes, todas enmascaradas unas con otras, pero a su vez, en completa armonía. No era un olor desagradable, ni mucho menos incómodo, pero era fuerte, invasivo y persistente. En pocos segundos Mark sintió como si hubiese estado inmerso en un caldero con esas plantas por días, ya que tenía el olor muy impregnado en la piel. Por pocas fracciones de segundo perdió la percepción del tiempo, y experimento uno de esos famosos Déjà vu, sintió como si hubiese estado allí muchos años antes, y de alguna u otra menara el lugar le transmitía paz y seguridad.

No era el único, pues la multitud que hablaba, murmuraba y gritaba justo antes de entrar a la casa, ahora era un grupo de personas en silencio, como si estuviesen en una de las peregrinaciones más sagradas. Incluyendo a la desafortunada joven, quien parecía calmarse de tan solo saber que se encontraba allí. El dolor disminuyo más por su lo que el sentido de la vista le transmitía que por el tratamiento improvisado de Mark en su adolorida pierna. La colocaron en un mueble bastante peculiar, realizado con hojas y ramas, pero con las medidas exactas para que cupiera una persona adulta acostada. Estaba en el centro de la habitación, como si su única función sea esa. Mark ahora estaba más que convencido de que en esa casa se llevaban a cabo actividades semejantes a la de un hospital moderno. Lo que no entendía era todo lo demás, y le generaba una tremenda duda no entender quien iba a ser el médico encargado. Se quedó esperando que entre la multitud saliera el experto en medicina, pero eso no sucedió.

Muy sigilosamente entraron tres personas que no había visto antes por el pueblo, seguidas de un anciano, de barba larga y que caminaba muy lento. Sus ojos eran azules, tan intensos como el color del cielo en pleno verano, pero tan serenos como el mar al amanecer. Luego entraron tres personas más, al parecer ellos acompañaban al anciano. La habitación se mantuvo en un silencio sepulcral, mientras el anciano le daba órdenes a sus acompañantes solo utilizando las señas como medio de comunicación. Acomodaron a la joven en el centro de la habitación y le preguntaron si el dolor había cesado aunque sea un poco. La niña respondió muy segura de sí misma alegando que se ha estado sintiendo mejor desde que está en la casa de chamán.

En ese momento Mark tuvo gran dificultad para no mostrar su impresión a los demás. Se había dado cuenta de que sin buscarlo explícitamente, había encontrado al chamán. El mismo hombre que algún día sostuvo una gran conversación con su difunto profesor, y el mismo hombre que encabezaba su viaje como objetivo principal. El chamán paso frente a cada una de las personas, y con una mirada profunda los fue saludando uno a uno. Al llegar a Mark se detuvo más tiempo de lo habitual, mientras las personas de la multitud se ponían cada vez más y más nerviosas. El chamán sabía perfectamente quien era y quien no era parte de su comunidad, por lo que no fue difícil detectar a un intruso como Mark. Pero siguió su camino, continuo saludando mientras sus ayudantes entraban a la habitación con un gran ramo de plantas, un caldero y frascos de aspectos muy peculiares. Mark se sentía ahora más que nunca como una pieza de rompecabezas que nunca iba a encajar, y temía por la reacción del chamán luego de que todo esto pasara.

Gracias por leer.


English Version:

The strange local hospital

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A whole crowd accompanied the men carrying the unfortunate girl. From a distance they looked like ants accompanying their queen in a long procession. Mark was careful at all times that the improvised poultice he placed on her would do its job at all times, and although it was definitely not the definitive solution, he was relieved to see how his pain could be contained. One of the women in the village approached the farmhouse with great speed, her intention being to leave everyone behind, as if she had to prepare something or perhaps also tell someone about what had happened. When they arrived, everyone went to a very particular house, without having made a decision before, everyone knew they had to go there. Mark, during his short stay, did not remember visiting or seeing anyone he knew in that house. The town was small, it was not an astronomical task to have an idea of more or less where each one lived, as well as the blood ties that united them. But that particular house was not in his memory, so the first thing that came to his mind was that this space served as a kind of hospital or enclosure to treat the sick. The house was too far from the center of town to be a hospital. Mark thought that if the sick were to go to it in an emergency, it would be more logical for it to be centrally located. They continued to walk, and as he watched closely the situation he was in, Mark noticed some locals whispering behind him, as they watched him and waved a little strangely. Not many people paid attention to these people, who seemed to get nervous as the crowd approached the enigmatic house.

The first thing that their senses perceived was a strong smell, when entering the atmosphere changed completely, you could easily smell the aroma of more than 10 different plants, all masked with each other, but in turn, in complete harmony. It was not an unpleasant smell, much less uncomfortable, but it was strong, invasive and persistent. In a few seconds Mark felt as if he had been immersed in a cauldron with those plants for days, as the smell was very impregnated in his skin. For a few fractions of a second he lost his perception of time, and experienced one of those famous Déjà vu, he felt as if he had been there many years before, and from one or another movement the place transmitted peace and security.

He was not alone, for the crowd that spoke, murmured and shouted just before entering the house, was now a group of people in silence, as if they were on one of the most sacred pilgrimages. Including the unfortunate young woman, who seemed to calm down just knowing she was there. The pain was lessened by her sense of sight than by Mark's impromptu treatment of her aching leg. She was placed in a rather peculiar piece of furniture, made of leaves and branches, but with the exact measurements to fit an adult lying down. It was in the center of the room, as if its only function was that. Mark was now more than convinced that activities similar to those of a modern hospital were taking place in that house. What he didn't understand was everything else, and he was in tremendous doubt as to who would be the doctor in charge. He waited for the medical expert to come out of the crowd, but that did not happen.

Very quietly three people who I had not seen before entered the village, followed by an old man with a long beard who walked very slowly. His eyes were blue, as intense as the color of the sky in the middle of summer, but as serene as the sea at dawn. Then three more people entered, apparently accompanying the old man. The room was kept in a sepulchral silence, while the old man gave orders to his companions only using signs as a means of communication. They placed the young woman in the center of the room and asked her if the pain had stopped even a little. The girl responded very confidently, claiming that she has been feeling better since she has been in the shaman's house.

At that point Mark had great difficulty not showing his impression to others. He had realized that without explicitly looking for him, he had found the shaman. The same man who one day had a great conversation with his late teacher, and the same man who was leading his journey as his main target. The shaman passed in front of each of the people, and with a deep look he greeted them one by one. When he reached Mark he stopped longer than usual, while the people in the crowd became more and more nervous. The shaman knew perfectly well who he was and who was not part of his community, so it was not difficult to detect an intruder like Mark. But he went on his way, continuing to greet as his assistants entered the room with a large bouquet of plants, a cauldron and very peculiar looking jars. Mark felt now more than ever like a puzzle piece that was never going to fit, and he feared for the shaman's reaction after all this happened.

Thank you for reading.



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