Recientemente, estuve conversando con una amiga , y en la conversación salió a relucir el tema de los juguetes , resulta que ella vende y algunos me llamaron la atención para regalárselos a mi hija de dos años. Uno de esos juguetes es el Walkie Talkies. Recuerdo que de niña mi padre me regaló uno de esos aparatos y para mí fue una sensación, además de una curiosidad de comunicarme con otra persona a través de un artefacto inalámbrico. Curiosidad porque en mi época de niñez, estábamos acostumbrados a ver a la gente comunicarse con teléfonos alámbricos, especialmente, aquellos que tenían un disco para marcar los números.
Regalarle un Walkie Talkies a mi hija era recordar mi niñez. Además, una vez escuché que ese tipo de juguetes, ayuda a fortalecer la comunicación padre e hijos, que es ideal para utilizar tanto dentro de la casa, como fuera de ella, al aire libre, en el parque, es decir, cualquier espacio es ideal y se presta para jugar con el Walkie Talkies.
Finalmente, debo hacer mención al diseño de los actuales Walkie Talkies: estilo ergonómico que se ajusta a cualquier mano infantil, juvenil o adulta. Con sonidos más nítidos, un sistema que reduce el ruido y las interferencias, con nivel de volumen óptimo, que sin duda mejora la diversión e invita al juego, a la compenetración e interacción entre padres e hijos. Lo mejor del Walkie Talkies es que a medida que mi niña vaya creciendo, lo va a utilizar de igual modo, con más madurez, porque esos aparatos se adaptan a cualquier edad. De allí, la importancia de cuidarlos y preservarlos para el buen uso y la diversión sana en familia. Un buen regalo para hija.