Inevitablemente, nuestros hijos crecen, se hacen cada día más independientes y comienzan a soltar de a poco esa mano que antes les daba tanta seguridad, y de repente, nos vemos con un adolescente caminando a nuestro lado, que ya no va a nuestro ritmo, sino al suyo.
Uno que en el momento menos pensado, te dice "yo puedo solo mamá". Y ese momento mueres un poquito por dentro, o por lo menos yo.
En realidad es una mezcla de sentimientos, un revoltijo de emociones, porque estamos haciendo bien el trabajo, esa es la idea, que lleguen al punto en que sean independientes, pero cómo duele ya no ser la que resuelve todo, y comenzar a no ser tan "necesaria".
Y sé que siempre necesitarán de nosotros, pero ustedes saben a qué me refiero. Los padres somos los súper héroes y durante un buen tiempo su mundo gira en torno al nuestro y dependen de nosotros para cada pequeña cosa, y eso nos llena el corazón de alegría.
Pero los años pasan, van creciendo, y se van dando cuenta que son capaces de andar sin necesidad de tomar tu mano, que ya no te necesitan tanto para las tareas del colegio, y que simplemente están comenzando a caminar su propio camino.
Y claro que toda esta reflexión viene por algo, y es que ayer mi hijo Matías hacía unos trabajos para el colegio, y por supuesto yo estaba ahí, a su lado, como siempre, pero cada vez haciendo menos. Algo así como apoyo moral, y para corregir algunas cosas del trabajo, porque se me creció el niño y me dice "deja que yo lo hago mami". Y el corazón no sabe si ponerse grandote de orgullo, o pequeñito de tanta nostalgia.
Lo cierto es que siempre será mi bebé, y que siempre estaré para él.
P.D. momento reflexivo del día, cortesía de Matías, y de mi amiga @evelynchacin, (mamá de Olivia), después de una charla mañanera entre mamás.
Inevitably, our children grow up, they become more independent every day and begin to let go little by little of that hand that used to give them so much security, and suddenly, we find ourselves with a teenager walking beside us, who no longer goes at our pace, but at his own.
One who, at the least expected moment, tells you "I can do it alone, mom ". And that moment you die a little inside, or at least I do.
In reality it is a mixture of feelings, a jumble of emotions, because we are doing the job well, that is the idea, that they get to the point where they are independent, but how it hurts not to be the one who solves everything anymore, and to start not being so "necessary ".
And I know they will always need us, but you know what I mean. We parents are the super heroes and for a good while their world revolves around ours and they depend on us for every little thing, and that fills our hearts with joy.
But the years go by, they grow up, and they realize that they are able to walk without needing to hold your hand, that they no longer need you so much for schoolwork, and that they are simply starting to walk their own path.
And of course all this reflection comes from something, and that is that yesterday my son Matías was doing some homework for school, and of course I was there, by his side, as always, but doing less and less. Something like moral support, and to correct some things of the work, because the child grew up and told me "let me do it mommy".
And my heart doesn't know whether to get big with pride, or tiny with nostalgia.
What is certain is that he will always be my baby, and that I will always be there for him.
P.S. Reflective moment of the day, courtesy of Matias, and my friend @evelynchacin, (Olivia's mom), after a morning chat between moms.