Creo que para dar con una respuesta adecuada con la pregunta retórica que planteo en este post, hay que ser realmente introspectivo pero sobre todo, reflexivo... ¿Por qué? Bueno, creo que debido a la manera en cómo nosotros mismos fuimos criados por nuestros padres; y a su vez, debido a lo que la palabra "disciplina", "orden" y "respeto" significan en diferentes países, pero aún más controversial; en distintos hogares...
Para hacerlo más sencillo de digerir. Lo que intento decir, es que ejercer la incomoda pero inevitable figura del padre que debe reprender a su hijo o hija por determinada acción que sea considerada como intolerable, está precedida por la manera en cómo nosotros mismos fuimos "juzgados". Prácticamente todo el concepto de "reprender" va ligado a este aspecto tan importante de nuestras vidas. Creo que todo conocemos ese ambiente familiar, que algunos hogares tienen, donde el "orden" va direccionado hacia un tipo militar y estricto.
La jerarquía y el respeto por edad, género y hasta por comando de voz es un regla inquebrantable.... Y evidentemente, las acciones que sean interpretadas por esas personas como dignas de ser reprendidas, lo serán pero bajo un orden, en mi opinión, indeseable y sumamente preocupantes ¿Por qué? Bueno, porque se naturaliza un medio violento a través de un código de conducta. Donde la autoridad, ejercida por los padres, ejecutan la violencia con un fin pseudo educativo.
¿Qué podría ocasionar todo esto, unas décadas en el futuro con aquéllos niños que fueron reprimidos y condicionados de esa forma? Bueno, lo inevitable... En mi opinión, esta "logica" que impera en muchísimos hogares (se quiera admitir o no) es parte de algo que podemos notar en nuestras sociedades... Donde la violencia, la instauración del crimen y de hechos de irrespeto y nulo valor a la dignidad humana son moneda común de tooa los días; tienen au génesis en esa crianza carente de respeto por la dignidad y el carácter íntegro del cuerpo humano...
¿Significa esto, que nosotros, los padres; no podemos reprender a nuestros hijos cuando corresponda? Por supuesto que no. La educación pero sobre tod corregir errores e. El comportamiento de los niños en su etapa de crecimiento(niñez, adolescencia) es deber inviolable de todo padre que sea digno de llamarse de tal manera... Lo que intento argumentar, es que hasta el acto de regañar o intentar detener una mala acción de nuestros hijos, debe tener un límite. No puede ser más importante actuar desmedidamente, más cercano a ser un anima compulsivo y que no mide sus fuerzas, que una mente fría y com vapor moral y ético.
Dicho de forma más simple pero contundente; los golpes son el arma de aquellos que no tiene la razón. Si sirvieran de algo, todos en todos lados, sim importar nada, seríamos fantásticos... Y sabemos bien que distamos muchísimo de ser algo así. Por tanto, hacer que las cosas sean mejores, pero sobre todo, ser el pilar de la paciencia, el verdadero respeto y la tolerancia de nuestros pequeñitos, va de la mano con dominr nuestros impulsos de bajeza ¿Qué mejor lección que estar a la altura cuando ellos han cometido un error?
Y quien haya asido alguna vez un adolescente sabrá muy bien esto... Puesto que es n esa etapa que el aislamiento pero sobre todas las cosas, la división padres-hijos se acrecienta aún más... Y honestamente, como madre de una hija maravillosa pero curiosa y tremenda, como muchos otros niños; esa idea de chicos sintiéndose dolos y con constante miedo de contarnos a nosotros, sus padres, lo que les sucede; no sólo me aterra, sino que es algo que intento, con aciertos y errores mejorar día tras día. Mi idea de maternidad y de crianza no es la opresión ni ser alcahuete... Recibir violencia de quien debe amarte y cuidarte es un mensaje sumamente peligroso.
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