Susurrando esperanza.
Te doy las gracias, dama tan hermosa,
por dejarme vivir ratos felices
porque nunca mataste de raíces
esta ilusión por ti tan fervorosa.
Fuiste con este amor muy cuidadosa
al aceptarme todos los matices
claros, oscuros, mates y hasta grises
y te mereces una bella rosa.
Quedo de tu amor no correspondido
en alto grado muy agradecido
porque hiciste brillar tu inteligencia.
Por eso, hemos quedado como amigos
aunque sigo en mis más quietos abrigos
SUSURRANDO ESPERANZA en esta ausencia.