El frio intenso me entumecía las piernas. Me costaba respirar y sentía líquido en mi boca. Con dificultad me di vuelta, no podía saber donde exactamente quedaba arriba o abajo. Había nieve en todas partes. Girar, de alguna manera me provocó un reflejo de toser. Escupí mucha sangre. Comencé a entender que estaba herido.
La cabeza me daba vueltas como cuando giras en un avión. ¿Por qué venía a mi mente una comparación de ese tipo? Quise comprobar qué tan dañado estaba. Moví lentamente cada parte de mi cuerpo. Mis pies, luego las piernas y brazos. Palpé mis costillas y el abdomen. Todo parecía estar en su lugar. Solo sentía dolor… mucho dolor.
Tenía que salir de esa cámara de nieve. Por instinto cavé un poco por encima de mí. Me bastó retirar un poco de material para ver la brillante luz del sol. Pero me llevó horas poner todo mi cuerpo en la superficie.
Observé atentamente mi ropa procurando entender qué había ocurrido. No podía recordar siquiera mi nombre o lo que estaba haciendo antes de despertarme. Llevaba puesta una chaqueta de montañista, lo cual tenía mucho sentido, pues estaba evidentemente en una, pero… ¿dónde? ¿Qué lugar era este?
Una revisión rápida a mis bolsillos no arrojó mucha información útil. Un papel con unos números extraños, una llave poco común, algo de dinero, pero nada más. No tenía identificación o teléfono móvil.
Traté de ponerme de pie, pero el dolor me lo impidió un par de veces. “La tercera es la vencida” —pensé—. Lo logré al quinto intento. Tenía que salir de allí y buscar un sitio seguro. Uno donde no pudieran verme… ¿por qué no quería que me vieran? Todavía estaba mareado, me costaba pensar con claridad.
Las montañas eran inmensas, la vista era estupenda y arrobadora. Pero no podía identificar el lugar, no podía recordar mi nombre. A la distancia pude observar una pequeña sombra que se movía hacia mí. Parecía serpentear en la nieve, bailar de izquierda a derecha. ¿Un esquiador?... Al menos sé lo que es un esquiador. Quizá yo también lo soy, y tuve alguna clase de accidente. Agité mis brazos en el aire para ser visto, trate de pedir ayuda pero ahogué un grito de inmediato… escupí sangre de nuevo, entonces me desvanecí...
—Bebe… solo un sorbo más.
El sabor era asqueroso, amargo y algo grasoso, pero estaba caliente. Un hombre inclinado sobre mí me hacía tomar de una taza. Estábamos en una cabaña, lo deduje al fijarme en las paredes y el techo. Me encontraba reclinado en un catre, mi ropa era diferente y llevaba vendajes en uno de mis brazos y en la cabeza. No recuerdo que mi brazo tuviera problemas, pero era reconfortante saber que estaba siendo atendido.
—¿Dónde estoy? —pregunté con esfuerzo.
El hombre sonrió al escucharme. Usaba barba espesa, pero se notaba que era joven y fornido. En su camiseta se leía un emblema en un idioma que no reconocí, pero de alguna forma lo asocié con rescatistas o algún club de cacería.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó.
Moví la cabeza para negar.
—No lo recuerdo… no recuerdo nada.
El hombre sonrió de nuevo, y me ofreció más té caliente. Luego de tragar un par de veces, me desvanecí... otra vez.
—¿Puedo preguntar qué significan?
—¿A qué te refieres? —dije sonriente.
La chica continuaba sin despegar la aguja de mi piel, era una artista, una verdadera experta en su trabajo, además era hermosa.
—No siempre me piden que dibuje números simples dentro de un tatuaje —explicó.
—No son números simples, son la base de un código —repliqué.
Me encantaba la forma en cómo me miraba, una mezcla de picardía y romance. Me mantenía atento a sus labios rojos… rojos y carnosos.
—Ustedes los hombres de dinero son muy misteriosos —dijo apagando la máquina.
Me incliné para mirar el tatuaje en mi pecho.
—¿Es todo? ¿Está listo? —pregunté.
—Sí, es todo. Tienes una piel muy bonita, Steve —dijo acariciándome el hombro—, podría hacerte otros trabajos artísticos si te decides.
—Si me decido, Brenda, serás la primera en saberlo. Te lo aseguro.
Me desperté con un fuerte dolor de cabeza. El hombre que me atendía agregaba pequeños trozos de leña a una estufa. Al ver que desperté, se acercó de inmediato a ayudarme. Yo apenas podía mantener abierto los ojos. No podía hablar, balbuceaba. El hombre me secó el rostro con una toalla y preguntó:
—¿Puedes recordar tu nombre?
Acababa de tener un sueño, ¡Vaya que Brenda es hermosa! Pero era más que un sueño, era un recuerdo… ¡Mi nombre es Steve!
—Ste… Steve —balbucee.
—Tu apellido, ¿lo recuerdas? —preguntó el hombre.
Negué con la cabeza.
El hombre inyectó algo en mi brazo. Me dolió mucho la forma en que lo hizo, pero luego sentí que desaparecía todo dolor de mi cuerpo.
—De acuerdo Steve, tú descansa un poco más, volveré en algunas horas y entonces hablaremos.
Noté que iba bien abrigado y llevaba una mochila en su espalda. En uno de sus bolsillos pude observar que sobresalía la cacha cromada de una pistola. ¿Por qué llevaba un rescatista un arma? Quizá por los lobos o los osos, después de todo, estábamos en una montaña. La inyección hizo efecto y me quedé dormido.
—La secuencia de activación está completa, ahora solo me pregunto cómo vas a recordar cada ciclo de inicio.
—Los he tatuado en mi pecho —dije.
—¿En serio? ¿Todos los ciclos?
—No todos los ciclos, solo el inicio, el resto depende de una fórmula matemática.
—En mi mente Claudius, solo yo la conozco. Así que mi dinero está seguro —aseguré con confianza.
Claudius me miró desafiante.
—No es el dinero lo que importa aquí… es el éxito de la operación lo que debe preocuparte.
—Cuando todo esté listo, tú y yo estaremos seguros, y todos recordarán el día en que cambió la forma de hacer negocios.
—Bien, pero no olvides que mi nombre no debe salir a relucir en esto.
Acerqué una silla para sentarme delante de él.
—Esa es la razón por la que voy al Tíbet, para despistar a los curiosos.
—Yo pensé que era para esquiar… ya sabes… un millonario de vacaciones.
—Qué imaginación la tuya hermanito —dije dándole un golpecito en el pecho.
Volví a despertar en la cabaña. Los recuerdos me ayudan a saber más sobre mí. La cabeza todavía me da vueltas, mi brazo continúa doliéndome mucho. El rescatista se ha marchado, espero que vuelva pronto. Ahora sé que tengo un hermano, es una buena noticia. Alguien de seguro ya debe estar buscándome. Por lo visto soy millonario, y estaba a punto de lograr algo grande… o quizá ya lo logré.
Pero ¿a quién tenía que despistar? ¿Estoy en el Tíbet? ¿Por qué tantos secretos? ¿Por qué me cuesta tanto recordar? Debí haberme golpeado la cabeza. Al parecer tengo un tatuaje en mi pecho con números. Tengo que ver, quizá me ayude a recordar más.
No puedo apreciar bien el dibujo, pero allí está, en mi pecho, eso confirma que los sueños son en realidad recuerdos. Entonces Brenda sí existe… que hermosos labios… arghh… me duele intentar sentarme, pero debo buscar un espejo.
Me sujeto de una silla para no caerme. Ahora noto el aspecto austero de esta cabaña, parece más una prisión de un país pobre que un refugio. Camino lentamente por la habitación hasta llegar a una mesa cerca de la estufa. No creo encontrar lo que busco, no puedo bajar la mirada hasta mi pecho sin marearme. Tendré que desistir.
En la mesa encuentro papeles y recortes de diarios.
¿Pero qué… que diablos es esto? El rescatista tiene una foto mía… sí, este soy yo… puedo reconocerme. Comienzo a respirar exaltado, debo calmarme.
Es lógico que tenga una foto mía, seguro mi hermano Claudius lo ha contratado para buscarme, por eso preguntaba mi nombre con insistencia. Seguiré revisando estos papeles.
Hay varios recortes que hablan de una explosión, debo leer para saber de qué trata ¿Qué interés tiene el rescatista en esto? Mis ojos me duelen y me cuesta enfocar. Claro, la información está en hindi, no puedo leer hindi.
Pero aquí hay una noticia en inglés, esta quizá pueda leerla… habla de varios muertos, de un secuestro de gente importante del banco central de algún sitio… ¡es una pésima nota de prensa!
¡Diablos! Este nombre lo reconozco… pero, ¿de dónde? Ya lo sé, es una empresa de tecnología… no, de seguridad… de seguridad tecnológica, sí… es una empresa importante, es de alcance mundial… quizá yo soy el dueño.
Tiene sentido. Soy el dueño de una millonaria y exitosa empresa de seguridad, hice algo genial, quizá inventé algo para el mercado global. Los números en mi pecho son una especie de clave de seguridad… ¡Por supuesto! Luego me vine al Tíbet, solo Dios sabe a qué, y entonces me perdí. Mi hermano envió a este sujeto a rescatarme… Debe ser así… arghh… ¿Por qué no puedo recordar?
Debajo de la mesa hay otras cosas… Hay sogas… también está mi ropa… creo que es mi ropa. Esto no me dice nada. Busco por la habitación, miro las paredes de la cabaña. No tardo en encontrar una pequeña pizarra de corcho. Hay varias fotos en ella. Todas están marcadas con una equis… también la mía.
¡Dios mío! No estoy siendo rescatado… ¡Estoy secuestrado!
Quizá escapé y tuve un accidente, pero el rescatis… el secuestrador me encontró. Quizá por eso estoy tan mareado… me drogó para tenerme tranquilo.
Debo salir de aquí. ¿Por dónde? ¿Dónde está la salida?
Camino con dificultad hasta la puerta, pero está cerrada por fuera. Igual ocurre con la única ventana de la cabaña. Grito con todas las fuerzas que me quedan.
—¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme!
Es inútil, nadie me escuchará aquí. Me resbalo y caigo de golpe en el piso. La puerta de la cabaña se abre, y aparece la fornida figura del hombre que me tiene cautivo. Me preparo para luchar con todas mis fuerzas… luchar por mi supervivencia. Entonces entran a la cabaña dos sujetos más, vestidos de oficiales y fuertemente armados.
—Steve Patterson —dice uno de ellos—. Queda usted bajo arresto por el cargo de terrorismo.
Siento como si una bomba explotara en mi mente. Ahora lo recuerdo todo. Como planee la explosión del Banco Central de Madrid, y de otros cinco más. Todos en secuencia y coordinados por un ingenioso software. Las claves de activación están en el tatuaje de mi pecho. Vine al Tíbet a esconderme… pero me han encontrado.
Los oficiales me esposan y me llevan afuera, donde un helicóptero policial me espera. Mi rescatista resultó ser un caza recompensas.
The intense cold numbed my legs. It was hard to breathe and I felt liquid in my mouth. With difficulty I turned around, I couldn't tell where exactly I was up or down. There was snow everywhere. Turning around somehow triggered a cough reflex. I spit up a lot of blood. I began to understand that I was hurt.
My head was spinning like when you spin in an airplane. Why was such a comparison coming to my mind? I wanted to check how damaged I was. I slowly moved every part of my body. My feet, then legs and arms. I felt my ribs and abdomen. Everything seemed to be in place. I just felt pain... a lot of pain.
I had to get out of that snow chamber. I instinctively dug a little above me. It was enough to remove a bit of material to see the bright sunlight. But it took me hours to get my whole body to the surface.
I looked carefully at my clothes trying to understand what had happened. I couldn't even remember my name or what I was doing before I woke up. I was wearing a mountaineering jacket, which made perfect sense, as I was obviously in one, but... where, what place was this?
A quick check of my pockets didn't turn up much useful information. A piece of paper with some strange numbers on it, an unusual key, some money, but nothing else. I had no ID or cell phone.
I tried to stand up, but pain prevented me a couple of times. "Third time's the charm," I thought. I made it on the fifth try. I had to get out of there and find a safe place. One where they couldn't see me... why didn't I want them to see me? I was still dizzy, having trouble thinking clearly.
The mountains were immense, the view was stupendous and breathtaking. But I couldn't identify the place, I couldn't remember my name. In the distance I could see a small shadow moving towards me. It seemed to meander in the snow, dancing from left to right. A skier?..... At least I know what a skier is. Maybe I am one too, and I had some kind of accident. I waved my arms in the air to be seen, tried to call for help but stifled a scream immediately... I spat blood again, then vanished....
-Drink... just one more sip.
The taste was foul, bitter and somewhat greasy, but it was hot. A man bent over me and made me drink from a cup. We were in a cabin, I deduced by looking at the walls and ceiling. I was reclining on a cot, my clothes were different and I had bandages on one of my arms and on my head. I don't remember my arm having any problems, but it was comforting to know I was being cared for.
-Where am I? -I asked with an effort.
The man smiled when he heard me. He wore a thick beard, but I could tell he was young and stocky. On his T-shirt was an emblem in a language I didn't recognize, but somehow I associated it with rescuers or some hunting club.
-What is your name? -he asked.
I shook my head in denial.
-I don't remember... I don't remember anything.
The man smiled again, and offered me more hot tea. After swallowing a couple of times, I faded away...again.
-May I ask what they mean?
-What do you mean? -I said smiling.
The girl continued without taking the needle off my skin, she was an artist, a real expert in her work, besides she was beautiful.
-I'm not always asked to draw simple numbers inside a tattoo," she explained.
-They are not simple numbers, they are the basis of a code," I replied.
I loved the way she looked at me, a mixture of mischief and romance. I kept my eyes on his red lips... red and full.
-You money men are very mysterious," he said, turning off the machine.
I leaned over to look at the tattoo on my chest.
-Is that it? Is it ready? -I asked.
-Yes, that's it. You have very nice skin, Steve," he said stroking my shoulder, "I could do other artwork on you if you decide.
-If I decide, Brenda, you'll be the first to know. I assure you.
I woke up with a severe headache. The man attending me was adding small pieces of wood to a stove. When he saw that I woke up, he immediately came over to help me. I could barely keep my eyes open. I couldn't speak, I was babbling. The man dried my face with a towel and asked:
-Can you remember your name?
I had just had a dream, wow Brenda is beautiful! But it was more than a dream, it was a memory... My name is Steve!
-Ste... Steve -I stammered.
-Your last name, do you remember it? -asked the man.
I shook my head.
The man injected something into my arm. It hurt a lot the way he did it, but then I felt all pain disappear from my body.
-Okay Steve, you get some more rest, I'll be back in a few hours and then we'll talk.
I noticed that he was dressed warmly and was carrying a backpack on his back. In one of his pockets I could see the chrome-plated handle of a gun sticking out. Why would a rescuer carry a gun? Maybe because of wolves or bears, after all, we were on a mountain. The injection took effect and I fell asleep.
-The activation sequence is complete, now I'm just wondering how you're going to remember each start cycle.
-I've tattooed them on my chest," I said.
-Really? All the cycles?
-Not all the cycles, just the beginning, the rest depends on a mathematical formula.
-In my mind Claudius, only I know it. So my money is safe," I assured confidently.
Claudius looked at me defiantly.
-It's not the money that matters here... it's the success of the operation that should concern you.
-When everything is ready, you and I will be safe, and everyone will remember the day that changed the way we do business.
-Okay, but don't forget that my name must not come up in this.
I pulled up a chair to sit in front of him.
-That's why I'm going to Tibet, to throw off the curious.
-I thought it was for skiing... you know... a millionaire on vacation.
-What an imagination you have, little brother," I said, tapping him on the chest.
I woke up in the cabin again. The memories help me to know more about myself. My head is still spinning, my arm still hurts a lot. The rescuer has left, I hope he comes back soon. Now I know I have a brother, that's good news. Someone must be looking for me by now. Apparently I'm a millionaire, and I was about to achieve something big... or maybe I already have.
But who did I have to mislead? Am I in Tibet? Why so many secrets? Why do I have such a hard time remembering? I must have hit my head. Apparently I have a tattoo on my chest with numbers. I have to see, maybe it will help me remember more.
I can't quite make out the drawing, but there it is, on my chest, that confirms that dreams are really memories. So Brenda does exist... what beautiful lips... arghh... it hurts to try to sit up, but I have to look for a mirror.
I hold on to a chair so I don't fall. Now I notice the austere aspect of this cabin, it looks more like a prison in a poor country than a shelter. I walk slowly around the room until I reach a table near the stove. I don't think I can find what I'm looking for, I can't look down at my chest without getting dizzy. I will have to give up.
On the table I find papers and newspaper clippings.
But what... what the hell is this? The rescuer has a picture of me... yes, this is me... I can recognize myself. I start breathing heavily, I have to calm down.
It's logical that he has a picture of me, surely my brother Claudius has hired him to look for me, that's why he was asking my name so insistently. I will continue to review these papers.
There are several clippings that talk about an explosion, I must read them to find out what it's all about. My eyes hurt and it's hard to focus. Sure, the information is in Hindi, I can't read Hindi.
But here is a news item in English, this one maybe I can read... it talks about several dead people, a kidnapping of important people from the central bank somewhere... it's a lousy press release!
Damn! This name I recognize... but from where? I know, it's a technology company... no, security... technology security, yes... it's a major company, it's worldwide... maybe I'm the owner.
That makes sense. I own a successful million dollar security company, I did something cool, maybe I invented something for the global market. The numbers on my chest are some kind of security key... Of course! Then I came to Tibet, God only knows what, and then I got lost. My brother sent this guy to rescue me... It must be so... arghh... Why can't I remember?
Under the table there are other things... There are ropes... there are also my clothes... I think they are my clothes. This doesn't tell me anything. I look around the room, I look at the walls of the cabin. It doesn't take me long to find a small cork board. There are several pictures on it. All of them are marked with an X... mine too.
My God, I'm not being rescued... I'm kidnapped!
Maybe I escaped and had an accident, but the rescatis... the kidnapper found me. Maybe that's why I'm so dizzy... he drugged me to keep me calm.
I have to get out of here. Which way? Where is the exit?
I trudge to the door, but it's locked from the outside. So is the only window in the cabin. I shout with all the strength I have left.
-Help! Help! Help! Somebody help me!
It's no use, no one will listen to me here. I slip and fall to the floor with a thud. The door of the hut opens, and the burly figure of the man holding me captive appears. I prepare to fight with all my might... fight for my survival. Then two more guys enter the cabin, dressed as officers and heavily armed.
-Steve Patterson," says one of them. You are under arrest on a charge of terrorism.
I feel like a bomb exploded in my mind. Now I remember everything. How I planned the explosion of the Central Bank of Madrid, and five others. All in sequence and coordinated by an ingenious software. The activation keys are on the tattoo on my chest. I came to Tibet to hide... but they found me.
The officers handcuff me and take me outside, where a police helicopter awaits me. My rescuer turns out to be a bounty hunter.