One hundred years since the arrival of that ship, the first to land unnoticed on the beach of Cape Canaveral, with the flag of the Galactic Union.
One hundred years and no one really remembers what things were like before that day. The official story says that three Pleiadians got off the ship, who presented themselves as plenipotentiary ambassadors of the Union to establish the terms of incorporation of the Earth into the community of the Galaxy.
Although the guards of the old NASA launch pads shot at them, no one was hurt. They waited patiently for the presence of a government delegation, which first took them to Washington, in a veil of secrecy, broken by millions of videos published on social networks, which gave an account of almost all the details of the arrival.
Mass demonstrations wanting to see and hear the visitors lasted three days, when the government announced that the ambassadors would address the entire Earth and its governments in a special assembly of the United Nations, from New York the following Sunday.
Ambassador 1, addressed the assembly and the entire planet in a live broadcast, simultaneously translated into all languages, where they offered us to join the Union and give us the technological advances of interplanetary travel and advantages derived from relating to the other 741 member planets in the Milky Way. And the only requirement, to name a representative of the planet, which in turn would act as the sole government on the entire planet.
Exact words of the ambassador; forget the nationalities, from now on you will all be earthlings or terrestrials. And their nationalisms, something folkloric without transcendence.
The United Nations prepared to make the suggested changes amid a shout of acclamation, without the residence of any government in the world.
We did not know that we had negotiated with highly sophisticated androids, until ships from various planets arrived and all the crew members were the same height and weight.
It turned out that the only way to withstand interplanetary travel at speeds greater than light is to transfer consciousness from the biological body to a mechanical one or, failing that, to connect to a similar one that works in avatar mode.
One hundred years later, humanity adopted transhumanism and the great majority transferred their memory and synapses to human-looking robots with the passivity of living half a century or more, but without being able to reproduce.
Today, on the occasion of the centenary of entry into the Union, the last indigenous person on Earth, a native of the old North America, will transfer his consciousness to a long-lasting mechanical body.
And the human species is declared extinct on the blue planet.
[MY PERSONAL VISION OF THE WORLD]
This story was originally written in Spanish and translated into English using Google Translate, a tool I use to communicate in languages other than my own.
Ahora en español
12 de octubre de 2592, El Centenario
Cien años de llegada de aquella nave, la primera en aterrizar inadvertida en la playa de Cabo Cañaveral, con la bandera de La Unión Galáctica.
Cien años y nadie recuerda verdaderamente como eran las cosas antes de aquel día. El relato oficial cuenta, que de la nave bajaron tres pleyadianos, que se presentaron como embajadores plenipotenciarios de la Unión para establecer los términos de incorporación de la Tierra a la comunidad de la Galaxia.
Aunque los guardias de las viejas plataformas de lanzamiento de la NASA les dispararon, ninguno salió herido. Pacientemente, esperaron la presencia de una delegación gubernamental, que primero los traslado a Washington, en una cortina de hermetismo, roto por millones de videos publicados en las redes sociales, que daban cuenta de casi todos los detalles de la llegada.
Manifestaciones multitudinarias queriendo ver y escuchar a los visitantes duraron tres días, cuando el gobierno anuncio que los embajadores se dirigirían a toda la Tierra y sus gobiernos en una asamblea especial de las Naciones Unidas, desde Nueva York el siguiente domingo.
El Embajador 1, se dirigió a la asamblea y al planeta entero en una trasmisión en vivo, traducida simultáneamente a todos los idiomas, donde nos ofrecían incorporarnos a la Unión y entregarnos los avances tecnológicos de los viajes interplanetarios y ventajas derivadas de relacionarse con los otros 741 planetas integrantes en la Vía Láctea. Y el único requisito, nombrar una representación del planeta, que a su vez fungiera como gobierno único en todo el planeta.
Palabras textuales del embajador; olviden las nacionalidades, en adelante serán terráqueos o terrícolas, todos. Y sus nacionalismos, algo folclórico sin transcendencia.
Las Naciones Unidas se dispusieron a efectuar los cambios sugeridos en medio de un grito de aclamación, sin residencia de ningún gobierno en el mundo.
No supimos que habíamos negociado con androides altamente sofisticados, hasta que fueron llegando naves de diversos planetas y todos los tripulantes tenían la misma estatura y peso.
Resulto que la única forma de resistir el viaje interplanetario a velocidades superiores a la luz, es transferir la conciencia del cuerpo biológico a uno mecánico o en su defecto conectarse a uno similar que funciona en modo avatar.
Cien años después, la humanidad adopto el transhumanismo y la gran mayoría transfirió su memoria y sinapsis a robots de apariencia humana con la pasividad de vivir medio siglo o más, pero sin poder reproducirse.
Hoy, con motivo del centenario del ingreso a la Unión, el último indígena terrestre, un nativo de la antigua Norteamérica, transferirá su conciencia a un cuerpo mecánico de larga duración.
Y la especie humana se declara extinta en el planeta azul.