Me convertí en un Héroes Anónimos de mi Pueblo
Cuando hablamos de héroes inmediatamente imaginamos a una persona con capa, pantalón, cinturón, botas, carros que se transforman, súper poderes, escudo o simplemente una persona que estuvo en un momento determinado en una guerra y fue el único sobreviviente o salvo a su pelotón.
En mis tiempos como no hablar del palacio de la justicia, si allí estaban todos los héroes, la mujer maravilla con su cuerda atando a los chicos malos, linterna verde con su anillo, que paralizaba a los malvados y los colocaba en una burbuja verde, los gemelos fantásticos con su poder en forma de agua o en ave. Flash el rayo súper veloz, superman volando rescatando a las personas del peligro, Batman y Robin en su carro subiendo por todas partes. El único que viva molesto era Alfred el mayordomo de Batman, porque vivía haciendo comida, no podemos dejar por fuera al capitán planeta, salvando al ecosistema vamos planetarios, viento, agua, aire, fuego y corazón, juntos somos el capitán planeta por nombrar algunos.
Cuando Hablamos de Persona
Este caso no es el mismo, hablamos de una persona que desde sus inicios ha mantenido una postura sencilla, amorosa, comprometido con su comunidad y el deporte. Llegando a los lugares más remotos para atender a cuantos necesitan de una atención, de una palabra de aliento, de una sonrisa, de una motivación para salir de un inconveniente.
Más que un Súper Poder con Capa o Escudo
Más que súper poderes o un escudo, solamente tengo un don celestial que me ilumina día a día, me guía, me cuida, me llena de fortaleza y sabiduría, para asumir con responsabilidad cada una de mis actividades y llevar un mensaje claro de alegría, amor, hermandad, una mente con visión futurista que
no se queda tranquila y me impulsa a indagar y fortalecer mis conocimientos para ponerlos en prácticas. Unos ojos que me permiten observar y aprender de las manifestaciones verbales y apreciar las potencialidades física, técnicas en los niños y niñas para formarlos en su disciplina deportiva.
Bendiciones Celestiales: Dones que Dios me dio
Una boca, que emite palabras para orientar, guiar, transmitir energía y seguridad, un corazón que late día tras día desenfrenado, por querer hacer de cada uno de mis practicantes en cada proyecto personas con buenos sentimientos, con deseo de ser mejores, sencillos, humildes, desprendidos, con criterios propios y valorar lo mucho o poco que puedan tener.
Unas manos, que con el tiempo son muchas las personas que han sanado a través de las terapias y masajes que les he dado.
Unas piernas, que constantemente están activas caminando por todas las calle de nuestro pueblo, realizando infinitas actividades sin ver raza, sexo, lugar, tiempo y espacio, con un solo objetivo de ayudar y mantener la salud.
Estos son mis súper poderes los cuales he logrado con mucho esfuerzos, llantos, caídas y levantadas, dolores, mucha práctica y el amor, vocación por mi profesión.
El bienestar de cada uno de ustedes que hacen vida en mis proyectos comunitarios, es el fruto de un esfuerzo compartido y de la colaboración de todos los sectores sociales, según sean sus capacidades y posibilidades: bajo las premisas fundamentales que todos somos necesarios.
El sentimiento de ayudar a alguien, sacar una sonrisa, resolver un problema… Nos aleja del egoísmo, nos hace sentir útiles y nos hace valorar más lo que tenemos.
Dios los bendiga en grande.