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Entre la inmundicia de la vida, apareciste tú para darle sentido, llegaste en el momento preciso para alegrar a un tipo que no sentía nada, con un corazón de piedra, negado a volver a sentir, ya que en el pasado, su corazón estaba muerto.
Eres especial, porque lograste revivir algo que consideraba, no volver a sentir, ni me imaginé que existías, a pesar que hace un tiempo me conocías, nos cruzabamos sin hablarnos, y por cosas de la vida hemos llegado a una situación, que nos ha servido a ambos, para alegrar nuestras vidas.
Él, que no ha sabido amarte ni entender a la mujer que tuvo a su lado, la joya que poseía. Triste por él, que no se ha dado cuenta de que su vida, será una miseria si no esta contigo, tiene ajuro que perderte para que caiga en cuenta de la gran mujer que tuvo a su lado.
Y a pesar de que hablo como si ya no estuvieras con él, creo que el futuro es más claro de lo que parece. Mis brazos están abiertos para recibirte cuando sea el momento indicado. Para acompañarnos, para crecer en lo que hagamos, pero sobre todo para querernos cada día y hacernos felices en medio del caos.