Frutos de mi Tierra

Mi Pequeño Mantuano

¡Hola a todos! Hoy quiero compartirles un pedacito de mi hogar. Resulta que yo vivo en plena ciudad de Maracay, tambié conocida como la Ciudad Jardín de Venezuela. Unos dicen que debe su nombre a la gran cantidad de vegetación que hay diseminada por toda ella, otros dicen que el Benemérito la mandó a diseñar con la forma de un jardín.

En cualquier caso lo que sí es innegable es lo fértil de su tierra. Basta arrojar una semilla al suelo, regarla y esperar su tiempo respectivo, para ver brotar la plántula y finalmente recoger sus frutos. Porque esta Zona petenece a lo que se conoce como los Valles de Aragua. Bañada por las agua del Lago de Valencia o los Tacariguas.

Todo lo que les muestro hoy es el patio de mi casa.

Allí tenemos un hermoso y fructífero sembrado.

Tenemos plátanos, cambures, guayaba, aliño de monte y hasta una mata de palma. Algunas están recién sembradas, otras tienen más tamaño y otras ya están más adultas al punto de ser ya productivas.


Platanitos de mi patio ;-)

Palma de Coco, aún recién nacida.

Me gustaron sus formas y colores, así que decidí experimentar un poco con las opciones de mi cámara.

Esa tarde estaba en casa, pensando un poquito en qué compartir con mi comunidad, cuando mi papá me llama para que le ayude a colocar un soporte a una de las matas de plátano, porque tiene una bellota grande ya y se podía partir.

Acudí prontamente a ayudarlo, cuando veo que tenemos más frutos. Él me preguntó si yo alguna vez había visto como nacián los camburcitos. La verdad es que no lo sabía y así se lo manifesté. Fue entonces cuando nació este Post.

¡Nunca había notado como dentro de esas bellotas se van formando como unos deditos, que posteriormente serán cada mano de cambur o plátanos!

La maravilla más grande la pude observar cinco dias después, cuando mi papá me llama para que vea como van los deditos.

Hasta el plátano que estaba más alto, al cual debimos amarrarle un soporte para que no se cayera, había brotado sólo. Siguiendo el curso natural de su exposición al agua y al sol. Toda una maravilla de la creación, definitivamente.



Sin embargo, a quién quiero resaltar en este post es a este hombre que les muestro a continuación. Él es quién cuida de las plantas, las riega, las poda, las trasplanta y hace todo lo necesario. No porque gane algún dinero.

Sólo por amor.


Ese hombres maravilloso, es mi papá. Ese amor es hacia su esposa (mi mamá) y hacia mí. Busca en medio de la situación adversa que nos ha tocado vivir en mi país, la mejor manera de proveer alimentos para nosotras, su familia.


Maravillosa creación de Dios, tanto vegetales como humanas. Una alimenta nuestros cuerpos, y él alimenta nuestras vidas y corazones.

Nos leemos en la próxima…


We will read each other in the next one

-@leomarisperezm-

Todas las fotos las tomé experimentando con mi cámara.

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