La Visita Inesperada
Era la época cuando Venezuela estaba gobernada por el Benemérito General Juan Vicente Gómez. Él amaba a esta nación y a esta ciudad en particular por lo que decidió instalar aquí una fábrica de tejidos: los Telares de Maracay.
Se acerca un poco más. Confirma el lugar.
Según alguien le había comentado, corría el mes de junio de 2020.
No era tanto tiempo para dos corazones enamorados. ¿o sí?
¡Cuántas veces había aguardado la llegada del tren para poder verlo!
Todos esperaban para descargar los vagones que desde el interior del país venían cargados de algodón. Luego de de descargarlo, se llevaban a las máquinas desmotadoras de algodón, departamentos de blanqueos, tintes, aprestos, etc; aparte de los talleres de mecánica, carpintería, fundición y cuanto era necesario para la buena marcha industrial del establecimiento.
También funcionó en esta fábrica un importante taller de ropa interior para caballeros, en el que se utilizaban telas muy superiores a las que hasta ese momento se importaban al país desde el extranjero.
Ella era una de los 700 operarios entre hombres y mujeres, que laboraban allí.
Que se encontrarían en esa vida o en la siguiente, de ser necesario, hasta cristalizar su amor… ese amor la había traído aquí… pero entre los transeúntes no lo veía a él… Su corazón desfallecía. Con paso apresurado recorrió el perímetro.
Ese lugar, ya no era su lugar.
La responsabilidad es de cada uno de los ciudadanos que por obtener un beneficio económico inmediato dejamos de lado nuestra memoria histórica. Hemos dejado perder una de las maravillas arquitectónicas de la época. Y lo más doloroso de todo es que más allá de la infraestructura física, estamos dejando perder nuestra idiosincrasia, nuestra humanidad, nuestra esencia como maracayeros, como aragüeños, como venezolanos.
Ella no pierde la fe en el amor.
Nosotros tampoco deberíamos hacerlo….
Nos leemos en la próxima…
-@leomarisperezm-
Nosotros tampoco deberíamos hacerlo….
Nos leemos en la próxima…