¡Hola feliz inicio de semana! Espero que estén muy bien desde sus hogares, como siempre les digo "en estos días de recordar, extrañar todo y a todos" me fui en mi máquina mental al tiempo donde fui participante de varias pasarelas de moda en certámenes de belleza. Y lo que aprendí de ese mundo tan disciplinado y estricto.
Como algunas jóvenes Venezolanas soñamos en ser "Miss Venezuela" iconos de "belleza", pues yo no escapé de es ambicioso sueño, bastante difícil por cierto; de un 100% de cualidades yo solo contaba con muy pocas la verdad... muy pocas XD siendo honesta. (hablo de atributos físicos) Pero allí construí un mundo de posibilidades en mi vida. Lo que gané aparte de coronas fue grandes aprendizajes, suficiente para formarme como una mujer responsable, disciplinada, apostado en todo a momento a GANAR. Cero espacios para perder...
Al principio me costó asimilar el hecho de tener que medirme en belleza con chicas ¿ Quién debía ganar? Así fue que por destrezas para hablar y dotes para modelar, gané pequeños concursos a nivel de municipio, esos reinados de ferias que tanto habían en la tradicional Venezuela. Fui perdiendo el miedo escénico para expresarme, cada día sentía más seguridad de mi misma lo que llevó a ser llamada a participar en un evento Nacional: Mi respuesta inmediata fue que NO. ya cansada de tener que ser alguien superficial para poder medirme en competencias llenas de controversias.
foto del 2007
Motivada por mi familia acepté la invitación, mi NO se convirtió en un gran SI. SI para participar en el Miss Oriental de Venezuela 2008, evento que promueve las tradiciones, culturas y turismo de el oriente venezolano, allí competí con chicas hermosas, de buen estatura, porte y cualidades de Mises, pero mi habilidad para expresarme de manera muy espontanea sin temores era su mayor rival. Me coronaron como Miss princesa Oriental de Venezuela 2008, recuerdo que representé al Estado Delta Amacuro, el cual visité y conocí hasta el último detalle de su historia y lugares turísticos. Alejado de aquel mundo tan superficial de lujos y grandes estructuras vistosas me hospedé en sus tierras para conocer ese estado cargando de historias de nuestro ante pasado.
Con algunas de las participantes, eramos unas 25 aproximadamente
Esa fue mi última participación de belleza, tengo grandes amistades de esa experiencia, el secreto para ganar fue que siempre mostré sinceridad de lo que pensaba, mis respuestas ante tantas preguntas salieron de LO REAl, me incliné a apostar a lo verdadero, a la esencia de la mujer como persona, los dones de hacer, de confianza que podemos tener creyendo en nuestros atributos emocionales, lo superficial lo colocaba a un segundo plano, recuerdo que me presenté en ocasiones en cómodos zapatos mientras el resto Lucían hermosos tacones, pero era eso que me hacía marcar la diferencia, mi humildad y sencillez.
Agradezco inmensamente a mis padres por siempre estar apoyándome en cada una de mis travesías, mientras habían papás que no le gustaba apoyar a sus hijas, pues ahí estaban ellos creyendo en mí. Puse un stop a ese mundo tan fuerte, pero sin duda me dejó grandes lecciones, de cada paso absorbí lo positivo, detalles que me han ayudado, creo firmemente en que mientras exista confianza de uno misma podemos conquistar el mundo entero. Aprendí a ser criticada sin sentir incomodidades, aprendí a ser honesta para no herir, siempre la humildad me acompaña para seguir en la mejor pasarela LA VIDA.
A continuación estos dos pendones gigantes que forman parte de mi almacén de recuerdos, adornan la sala de la casa de mi madre como tesoro de aquella gratificante experiencia.
Quiéranse apostando siempre a GANAR sin dañar a nadie, no teman a perder o a ser calificadas por críticas, podemos cargar con eso y más, porque somos mujeres y ese atributo nos hace ESPECIAL...
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