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Él era un sabio y como todo hombre sabio era humilde, disfrutaba aprendiendo observando la vida en su total dimensión.
Su discípulo era un personaje desconocido para el sabio, alguien que lo admiraba en silencio desde siempre y que se preguntaba porque el sabio no tenía la popularidad que gozaban otros con mucha menos sapiencia.
Si el sabio fuese popular se decía, podría transmitir su sabiduría a todas esas personas que seguían a aquellos que nada interesante dejaban a su paso.
Un día salió de su anonimato y se animó a preguntarle al sabio por qué sabiendo lo que sabía era un desconocido y si sabía cómo ser popular.
Ser popular es fácil, respondió el sabio.
No entiendo hay millones de personas que quisieran ser populares y no lo consiguen, personas talentosas mientras que otras sin talento consiguen llegar a la cima de la popularidad. ¿Cuál es el secreto?
El secreto es que hablen de ti sin importar lo que digan. Cuantos más hablen de ti más popular serás. No importa si lo que haces es malo o bueno mientras seas una persona conocida.
El precio de la popularidad es muchas veces tu dignidad y tu vergüenza. Si estás dispuesto a pagar con ellos seguramente serás popular.