La época decembrina, el momento más deseado de los pequeños de la casa, dónde esperan ansiosamente el 24 para que Santa Claus les traiga todos los regalos que pidieron en su carta de navidad.
Uno de los regalos más codiciados es el de tener un perrito, algo que muchos de nosotros en nuestra niñez también lo hemos deseado, sin embargo, conceder este deseo tiene que venir acarreado de mucha responsabilidad y sensatez, no solo debe ser cumplir un capricho, debido a que tener una mascota no es lo mismo que un juguete, que cuando te aburres de él puedes botarlo o guardarlo en una caja.
Antes de que Santa Claus cumpla ese deseo hay que estar conciente que se está generando un compromiso, porque hoy en día los animales dependen mucho de nosotros y más aún cuando pasan parte de su vida en un hogar. Es muy importante que se tomen en cuenta las futuras vacunaciones, comida, gastos médicos, tiempo y paciencia... Pero mucha paciencia...
Debido a la cuarentena mucha gente ha tenido la necesidad de tener una mascota, principalmente durante el aislamiento radical, algo que para muchos fue un cambio drástico. Así mismo, para nosotros los seres humanos está en nuestra naturaleza ser muy sociales y una mascota es la candidata perfecta para apaciguar esa soledad.
Estos impulsos son los que debemos controlar y pensar bien antes de realizarlos.
En cuanto Santa Claus, cuando sean las 12:00am y deje a esta criatura debajo del arbolito, hay que dedicar una buena parte de nuestro tiempo a educar a los niños para que puedan manejar bien a los cachorros y estos no se tornen agresivos ni excesivamente consentidos en un futuro. Tenemos que tomar en cuenta que los niños son muy inocentes y realizan muchas cosas por desconocimiento, la mayoría de las veces no saben las consecuencias graves pueden generarse por la mala crianza de las mascotas, y al final de todo cuando las cosas terminan mal, es el pobre animalito quien termina en la calle.
Siempre una mascota va a traer felicidad al hogar, sin embargo todo tiene que hacerse de la manera correcta y segura para que se pueda tener una vida plena junto a ellos. Recordemos que son animales y por mucho que los queramos aveces actuarán por instinto, es por eso que es nuestro deber corregirlos para que crezcan de la mejor manera posible junto a nosotros y nuestros hijos.
Así que cuando Santa Claus entregué a la mascota que tanto han querido tus hijos, por favor, forma parte de su crecimiento y atención para que todos convivan en armonía perfecta, no solo dejes a tus hijos que se hagan cargo de ellos por su cuenta, debido a que los errores que se cometan en el transcurso de su desarrollo, muchas personas tienden a ir por el camino fácil y cruel el cual es echarlos a la calle...
¡Sé diferente!