Cuando llegaste a mi vida sabía que nada más podía pedir. Me llenaste de alegría y ya mi cielo no era gris. Pude ver las cosas de una manera más amplia, y debo admitir que me gustó mucho lo que vi. Sí, un mundo lleno de detalles que antes no había podido percibir. Un mundo maravilloso que, al menos hasta ese momento, pensaba que no existía.

La palabra gratitud cobró sentido cuando te conocí, no podía evitar al verte, sonreír. Me sentía tan lleno, completo, feliz. Simplemente no me faltaba nada si estabas junto a mí. ¿Cómo contener todo aquello? ¿Cómo hacer para mantenerte cerca de mí? Buenas preguntas, que tanto merecían una respuesta, una que, tristemente, no llego a tiempo, porque sin darme cuenta, y sin esperarlo, te perdí.

No sé a dónde te fuiste. No te encuentro y me desespero. ¿Cómo enfrentar la realidad de ya no poder abrazarme a tu pecho y sentirme vivo? ¿Cómo entender que todas esas cosas que me hacían tan feliz, ya no las puedo hacer? ¿Cómo hago para comprender que lo que me hacía sentir tanta plenitud se esfumó en tan poco tiempo?

No quiero buscar culpables, no quiero señalar responsables pero, antes de irte, debiste decirme cuál era el procedimiento a seguir, explicarme qué hacía yo con todo el sentimiento que dentro de mí creció, haciéndose cada vez más grande, más fuerte, y resistiéndose a desaparecer. En lugar de eso, me dejaste nadando en este mar de dudas, con mis fuerzas disminuyendo cada vez más, cambiando las ganas de vivir por este cruel deseo de rendirme. Ahora te busco en todos lados y, aun encontrándote, no te siento, ya no es igual.

Te perdí y te extraño. Aún te sueño, aún te quiero. Me siento tan perdido, sumido en mis propios pensamientos. Es normal porque tú eras todo lo bonito que había en mis días, pero hoy solo es un recuerdo, uno muy triste. Un recuerdo que me ahoga, hasta el punto de no poder respirar, hasta dejarme sin aliento. Cómo quisiera volver a cuando no creía en los cuentos, ese momento cuando el “felices para siempre” no existía, no lo buscaba y estaba bien con eso.

Mi vida se basada en la realidad, en lo que podía ver y tocar, pero de pronto me dejé llevar por los sentimientos, por la ilusión, por la fantasía, todo eso que no me había permitido sentir, en lo que no quería creer. Pero de pronto caí rendido ante el amor. Y la verdad nadie puede culparme, porque eran sentimientos hermosos, tan especiales como los que nunca había sentido. Esa fue mi dicha y al mismo tiempo mi condena.

Porque cuando menos lo esperaba, la realidad deshizo todas mis ilusiones, acabo con la esperanza y me recordó que el amor es una cosa de dos, que mantenerlo a flote requiere del esfuerzo de dos, sino todo sería en vano. Y aun así me seguía resistiendo al final, a que esta historia maravillosa terminara. ¿Acaso alguien puede culparme? La felicidad que sentía era el combustible que me mantenía con vida, vida que ya no siento, vida que se me escurrió entre las manos.

Intenté de mil maneras mantener la alegría viva, aun lo intento, aunque está más que claro que mi esfuerzo es en vano, que no rendirme ahora es simplemente alargar lo inevitable. Hoy estoy dividido en dos partes, soy mitad y mitad. No soy parte de un cuento, eso lo acepto sin más, pero tampoco me siento parte de mi realidad. Me encuentro tan perdido. Y solo quiero saber: ¿Dónde estoy? ¿Dónde estás?

When you came into my life I knew I could ask for nothing more. You filled me with joy and my sky was no longer gray. I was able to see things in a broader way, and I must admit that I really liked what I saw. Yes, a world full of details that I had not been able to perceive before. A wonderful world that, at least until that moment, I thought didn't exist.

The word gratitude made sense when I met you, I couldn't help but smile when I saw you. I felt so full, complete, happy. I simply lacked nothing if you were next to me. How to contain all that? How to keep you close to me? Good questions, that so much deserved an answer, one that, sadly, didn't come in time, because without realizing it, and without expecting it, I lost you.

I don't know where you went. I can't find you and I despair. How do I face the reality that I can no longer hug your chest and feel alive? How do I understand that all those things that made me so happy, I can no longer do them? How do I understand that what made me feel so fullness vanished in such a short time?

I don't want to look for culprits, I don't want to point fingers, but before you left, you should have told me the procedure to follow, explained to me what I was doing with all the feeling that grew inside me, getting bigger and bigger, stronger and stronger, and resisting to disappear. Instead, you left me swimming in this sea of doubts, with my strength diminishing more and more, exchanging the will to live for this cruel desire to give up. Now I look for you everywhere and, even if I find you, I don't feel you, it's not the same anymore.

I lost you and I miss you. I still dream of you, I still love you. I feel so lost, lost in my own thoughts. It's normal because you were everything beautiful in my days, but today it's just a memory, a very sad one. A memory that chokes me, to the point of not being able to breathe, to the point of leaving me breathless. How I wish I could go back to when I didn't believe in fairy tales, that time when "happily ever after" didn't exist, I wasn't looking for it and I was fine with that.

My life was based on reality, on what I could see and touch, but suddenly I let myself be carried away by feelings, by illusion, by fantasy, all that I had not allowed myself to feel, that I did not want to believe in. But suddenly I fell surrendered to love. And the truth no one can blame me, because they were beautiful feelings, as special as I had never felt before. That was my joy and at the same time my condemnation.

Because when I least expected it, reality unraveled all my illusions, ended with hope and reminded me that love is a thing of two, that keeping it afloat requires the effort of two, otherwise everything would be in vain. And yet I still resisted the end, the end of this wonderful story. Can anyone blame me? The happiness I felt was the fuel that kept me alive, life that I no longer feel, life that slipped through my hands.

I tried in a thousand ways to keep the joy alive, I still try, although it is more than clear that my effort is in vain, that not giving up now is simply prolonging the inevitable. Today I am divided into two parts, I am half and half. I am not part of a story, I accept that, but I don't feel part of my reality either. I am so lost. And I just want to know: Where am I? Where are you?