LA MAMÁ DE LOS POLLITOS
CUANDO EN LA ESCUELA VEO a una maestra con sus niños, de inmediato pienso en las gallinas, las mamás de los pollitos; pero ayer fue a la inversa porque fui al campo y vi a una gallina con sus polluelos y de inmediato pensé en las maestras, las que me dieron clase y las que pudieron darme, las de ahorita y las de siempre.
De todas las que recuerdo hay una que una vez me mandó a pintar el lugar más divertido del mundo. Primero hice el tallo y para que no se viniera al suelo le dibujé las raíces, bien enterradas, no fuera a caerme encima; luego le pinté las ramas, las hojas y de último los pájaros y como quería que los pájaros se quedaran a dormir en el árbol, pues añadí algunas frutas: mango, naranja, mamón y bananos.
Recuerdo que la maestra se acercó y me dijo que todas esas frutas no podían ser del mismo árbol, pero no las quise borrar porque le contesté que mi árbol iba a tener muchos pájaros y que una sola fruta no iba a alcanzar para todos y tampoco los iba a alimentar bien.
Como la tarea era pintar el sitio más divertido le agregué un columpio, dos monos, seis caballos, un becerro, varias ardillas y para que todos me cupieran también le agregué más ramas al árbol y viendo que me sobraba espacio anexé una iguana y algunos insectos.
La maestra se volvió a acercar para corregirme que eran muchos animales, pero no quise borrar a ninguno, ¡no! le dije, de ahí no se caerán porque hice el tallo fuerte y enterré bien las raíces.
El árbol iba bien, los animales jugaban y se divertían; hasta que Benito le dio por poner su dibujo encima del mío. Él suyo era un huracán, bravo por todas partes, terrible en el centro, no se veían nada divertido, pero él me dijo que sí, que su diversión consistía en arrastrar árboles cargados de animales.
Cuando soltó su dibujo encima del mío de inmediato de mi árbol empezaron a volar los pájaros, a caerse las frutas y a partirse las ramas. Benito miraba y sonreía, pero se tuvo que conformar con poco porque las raíces de mi árbol estaban bien plantadas. Cuando la maestra se acercó para pedirle a Benito que recogiera los escombros que hizo su huracán, yo me sentí ganador y cuando salimos detrás de la maestra como los pollitos detrás de la gallina, le dije a la maestra que le regalaba mi dibujo, que como ella no tenía hijos podía cuidarlo.
Ayer fue el día de las madres; le envié un mensaje a la maestra Fernanda, me dijeron que le cuesta hablar, pero pidió que le hicieran una foto al dibujo de mi árbol para que me lo enviaran; quiere que vaya a buscarlo porque ya no puede cuidar más de él, lo hizo desde que lo pinté aquel mayo de 1985; lo cuidó como a su primer hijo; y mientras revelo esto me corre una lágrima porque me dijo que fui yo el que la empezó a enseñar a ser madre, que con aquel árbol enseñó a jugar al resto de sus pollitos.
THE MOTHER OF THE CHICKS
WHEN AT SCHOOL I SEE a teacher with her children, I immediately think of the hens, the mother of the chicks; but yesterday it was the other way around, that is, I went to the field and saw a hen and immediately thought of the teacher, the ones I was taught, the ones now and the ones I have always had.
Of all the ones I remember, there is one who once sent me to paint the funniest place in the world. First I made the stem and so that it would not fall to the ground I drew the roots, well buried; then I painted the branches, the leaves and finally the birds and as I wanted the birds to sleep in the tree, I added some fruits, mango, orange, mamon and bananas.
I remember that the teacher came to me and told me that all those fruits could not be from the same tree, but I did not want to erase them because I told her that in my tree there would be many birds and that one fruit would not be enough for all of them and they would not be well fed.
As the task was to make the place more fun, I added a swing, two monkeys, six horses, a calf, several squirrels and to make them all fit I also added more branches to the tree and when I saw that I had enough space, I added an iguana and some insects.
The teacher came back to correct me that there were too many animals, but I didn't want to delete any of them, no! I told her, they won't fall from there because I made the stem strong and buried the roots well.
The tree was going well, the animals were playing and having fun; until Benito decided to put his drawing on top of mine. His was a hurricane, wild on all sides, terrible in the middle, he was not amused, but he told me that his fun consisted in dragging trees loaded with animals.
Then he let loose on top of mine and immediately birds began to fly from my tree, fruit fell and branches broke. Benito watched and smiled, but he had to make do with little because the roots of my tree were well planted. When the teacher came over to ask Benito to pick up the debris his hurricane made, I felt like a winner and when we took off after the teacher like the chicks after the hen, I told the teacher that I was giving her my drawing, that since she didn't have children she could take care of it.
Yesterday was Mother's Day; I sent a message to the teacher Fernanda, they told me that it is hard for her to talk, but she asked her children to take a picture of the drawing of my tree to send it to me; she wants me to go get it because she can no longer take care of it, she did it since I painted that tree in that May of 1985; she took care of it as her first child; and while I reveal this to her, a tear runs down my face because she told me that it was me who began to teach her to be a mother, that with that tree she taught the rest of her chicks how to play.
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Dejo mi participación en el Hispaliterario 20. Aún pueden participar.
Texto y fotografía de @jesuspsoto