THE HISTORY OF MAX ¡A NEW LIFE! // Relato [ENG] [ESP]

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La imagen original fué creada con la IA de Bing y editada por mí en canva


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No recuerdo cómo morí. Solo sé que fue rápido y doloroso. Un accidente de coche, creo. Lo último que vi fue una luz cegadora y lo último que sentí fue un golpe brutal.

Luego, todo se volvió oscuro y silencioso.

No sé cuánto tiempo estuve así, pero cuando desperté, me di cuenta de que algo había cambiado. Ya no era yo mismo. Ya no era humano.

Era un perro.

Un cachorro, para ser más exactos. Un cachorro de labrador, de color marrón claro, con el pelo suave y los ojos brillantes. Estaba en una caja de cartón, junto a otros cuatro cachorros, que eran mis hermanos. Estábamos en una tienda de mascotas, rodeados de jaulas con otros animales: gatos, conejos, hamsters, pájaros...

No entendía nada. ¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba allí? ¿Qué había sido de mi vida anterior?

Intenté recordar quién era antes, pero solo conseguí fragmentos borrosos. Mi nombre era Daniel. Tenía 35 años. Era ingeniero informático. Estaba casado con Laura, una profesora de primaria. Teníamos un hijo de 7 años, llamado Mateo. Vivíamos en una casa en las afueras de la ciudad. Éramos felices.

¿O no?

Algo me decía que no todo era tan perfecto como parecía. Que había secretos, mentiras, problemas... Pero no podía recordar qué eran.

Me sentí confundido y asustado. Quería volver a mi vida anterior, a mi familia, a mi trabajo... Pero no sabía cómo.

Entonces, escuché una voz.

¡Mira qué tiernos! - dijo una niña, que se acercó a la caja donde estábamos los cachorros. Era rubia y llevaba un vestido rosa con flores. Tenía unos 10 años y una expresión de ilusión en su rostro.

¿Te gustan? - le preguntó un hombre, que supuse que era su padre. Era moreno y llevaba un traje gris y una corbata azul. Se notaba un poco su cansancio.

¡Sí! - exclamó la niña -. ¡Son adorables! ¿Podemos llevarnos uno?

Bueno... - dudó el hombre -. No sé si es buena idea...

Por favor, papá - insistió la niña —. Te prometo que lo cuidaré mucho. Será mi mejor amigo.

Ya tienes muchos amigos - dijo el hombre -. Y además, los perros dan mucho trabajo. Hay que sacarlos a pasear, alimentarlos, bañarlos...

Lo sé, lo sé - dijo la niña -. Pero yo me encargaré de todo. Por favor, papá. Por favor.

El hombre suspiró y miró a los cachorros con resignación.

Está bien - dijo al fin -. Elige uno.

La niña dio un salto de alegría y se acercó a la caja. Miró a los cachorros con atención y sonrió.

Quiero este - dijo, señalándome a mí.

Me quedé paralizado. No sabía si alegrarme o temerme lo peor.

La niña me cogió en brazos y me acercó a su cara.

Hola - me dijo -. Me llamo Sofía. Y tú te llamarás Max.

Y así fue como empezó mi nueva vida.

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Imagen creada con la IA de Bing


I don't remember how I died. I only know it was quick and painful. A car accident, I think. The last thing I saw was a blinding light and the last thing I felt was a brutal blow.

Then everything went dark and silent.

I don't know how long I was like that, but when I woke up, I realized that something had changed. I was no longer myself. I was no longer human.

I was a dog.

A puppy, to be more precise. A Labrador puppy, light brown in color, with soft fur and bright eyes. It was in a cardboard box, along with four other puppies, who were my siblings. We were in a pet store, surrounded by cages with other animals: cats, rabbits, hamsters, birds....

I didn't understand anything. What had happened? Why was I there? What had become of my former life?

I tried to remember who I was before, but I only got blurry fragments. My name was Daniel. I was 35 years old. I was a computer engineer. I was married to Laura, an elementary school teacher. We had a 7-year-old son, named Mateo. We lived in a house on the outskirts of the city. We were happy.

Weren't we?

Something told me that not everything was as perfect as it seemed. That there were secrets, lies, problems.... But I couldn't remember what they were.

I felt confused and scared. I wanted to go back to my old life, to my family, to my work.... But I didn't know how.

Then I heard a voice.

Look how cute! - said a little girl, who approached the box where the puppies were. She was blonde and wore a pink dress with flowers. She was about 10 years old and had an expression of illusion on her face.

Do you like them? - asked a man, who I assumed was her father. He was dark and wore a gray suit and a blue tie. He looked a little tired.

Yes! - exclaimed the girl. They're adorable! Can we have one?

Well... - hesitated the man. I don't know if it's a good idea...

Please, daddy - the little girl insisted. I promise I'll take good care of him. He'll be my best friend.

You already have a lot of friends - said the man. And besides, dogs are a lot of work. You have to take them for walks, feed them, bathe them...

I know, I know - said the girl. But I'll take care of everything. Please, daddy. Please.

The man sighed and looked at the puppies with resignation.

All right - he said at last. Choose one.

The girl jumped for joy and walked over to the box. She looked at the puppies carefully and smiled.

I want this one - she said, pointing at me.

I froze. I didn't know whether to rejoice or fear the worst.

The girl took me in her arms and pulled me close to her face.

Hello - she said. My name is Sofia. And your name is Max.

And that's how my new life began.


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Sofía me llevó a su casa, que estaba en un barrio residencial, cerca de un parque. Era una casa grande y bonita, de dos plantas, con un jardín y una piscina. Me gustó nada más verla.

Sofía me presentó a su madre, que se llamaba Elena. Era una mujer rubia y delgada, con el pelo recogido en un moño y los ojos azules. Llevaba un vestido verde y unas sandalias. Tenía una sonrisa amable y una voz dulce.

Hola, Max - me dijo -. Bienvenido a la familia.

Me acarició la cabeza y me dio un beso.

Es precioso - dijo -. ¿De dónde lo has sacado?

De la tienda de mascotas - respondió Sofía -. Papá me lo ha comprado.

¿Papá? - preguntó Elena con sorpresa -. ¿Dónde está?

Ha ido a trabajar - dijo Sofía -. Dice que tiene mucho que hacer.

Ya - dijo Elena con resignación -. Como siempre.

Noté un tono de tristeza en su voz.

Sofía me llevó a su habitación, que estaba en la planta de arriba. Era una habitación grande y colorida, llena de juguetes, libros, peluches y pósters. Había una cama con sábanas rosas, un escritorio con un ordenador, una estantería con muchos cuentos y una alfombra con un dibujo de un arco iris.

Esta es mi habitación - me dijo Sofía -. Y esta es tu cama.

Me señaló una cesta con una manta y un cojín, que estaba en un rincón.

Aquí puedes dormir y descansar - me dijo -. Te he puesto algunos juguetes para que te diviertas.

Me mostró una pelota, un hueso de goma y un muñeco de tela.

¿Te gustan? - me preguntó.

Yo moví la cola para decirle que sí.

Me alegro - dijo Sofía -. Espero que seas feliz aquí.

Me abrazó y me dio otro beso.

Pasé los primeros días adaptándome a mi nuevo hogar. Sofía era muy buena conmigo. Me sacaba a pasear por el parque, me daba de comer, me bañaba y jugaba conmigo. Era una niña cariñosa y divertida. Me hacía reír con sus ocurrencias y sus historias. Me contaba cosas de su escuela, de sus amigos, de sus sueños... Me sentía querido por ella.

Elena también era buena conmigo. Me trataba como a un miembro más de la familia. Me hablaba con ternura y me mimaba. Me decía que era muy inteligente y muy guapo. Me sentía respetado por ella.

Pero había algo que me faltaba. Algo que echaba de menos.

Mi vida anterior.

Aunque estaba contento con mi nueva vida, no podía olvidar mi vida pasada. La recordaba cada vez más a menudo, cada vez más claramente. Recordaba mi nombre, mi trabajo, mi familia... Recordaba lo que había hecho, lo que había dicho, lo que había sentido...

Y me preguntaba por qué había reencarnado en un perro. ¿Qué sentido tenía? ¿Qué propósito tenía? ¿Qué lección tenía que aprender?

No encontraba ninguna respuesta.

Solo tenía una esperanza.

Volver a verlos.

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Imagen creada con la IA de Bing


Sofia took me to her house, which was in a residential neighborhood, near a park. It was a nice, big, two-story house with a garden and a swimming pool. I liked it as soon as I saw it.

Sofia introduced me to her mother, whose name was Elena. She was a slim blonde woman with her hair in a bun and blue eyes. She was wearing a green dress and sandals. She had a kind smile and a sweet voice.

Hello, Max - she said. Welcome to the family.

He stroked my head and gave me a kiss.

It's beautiful he said. Where did you get it?

From the pet store - Sofia replied. Dad bought it for me.

Daddy? Elena asked with surprise. Where is he?

he's gone to work - said Sofia. He says he has a lot to do.

shure - said Elena with resignation. As always.

I noticed a tone of sadness in her voice.

Sofia took me to her room, which was upstairs. It was a big, colorful room, full of toys, books, stuffed animals and posters. There was a bed with pink sheets, a desk with a computer, a bookshelf with lots of stories, and a rug with a drawing of a rainbow.

This is my room - Sofia said to me. And this is your bed.

She pointed to a basket with a blanket and a cushion, which was in a corner.

Here you can sleep and rest - she said. I've put some toys for you to have fun with.

He showed me a ball, a rubber bone and a cloth doll.

Do you like them? - he asked me.

I wagged my tail to say yes.

I'm glad said Sofia. I hope you'll be happy here.

She hugged me and gave me another kiss.

I spent the first few days adjusting to my new home. Sofia was very good to me. She would take me for walks in the park, feed me, bathe me and play with me. She was a fun loving child. She made me laugh with her witticisms and stories. She would tell me about her school, her friends, her dreams.... I felt loved by her.

Elena was also good to me. She treated me like a member of the family. She spoke to me tenderly and pampered me. She told me I was very smart and very handsome. I felt respected by her.

But there was something I was missing. Something I missed.

My former life.

Although I was happy with my new life, I couldn't forget my old life. I remembered it more and more often, more and more clearly. I remembered my name, my job, my family.... I remembered what I had done, what I had said, what I had felt....

And I wondered why I had been reincarnated as a dog. What was the point? What was the purpose? What was the lesson I had to learn?

I couldn't find any answers.

I had only one hope.

To see them again.


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Después de varios años, un día, mientras paseaba con Sofía por el parque, vi algo que me dejó sin aliento.

Vi a mi familia.

A mi familia humana.

Estaban sentados en un banco, bajo un árbol. Laura, mi esposa, tenía el pelo suelto y llevaba una camisa blanca y unos vaqueros. Mateo, mi hijo, tenía una gorra roja y llevaba una camiseta de su equipo de fútbol favorito. Estaban hablando y riendo, con una expresión de felicidad en sus rostros.

No podía creerlo. ¿Qué hacían allí? ¿Cómo era posible?

Me acerqué a ellos, sin pensar. Quería verlos de cerca, quería oír sus voces, quería tocarlos...

Max, ¿dónde vas? - me llamó Sofía, que se había quedado atrás.

No le hice caso. Seguí caminando hacia el banco.

Laura y Mateo me vieron y se quedaron sorprendidos. Me miraron con curiosidad y simpatía.

Hola, bonito - me dijo Laura -. ¿Qué haces aquí?

Me acarició la cabeza y me sonrió.

¿Es tuyo? - le preguntó Mateo a Sofía, que se había acercado a nosotros.

- respondió Sofía -. Se llama Max.

Es muy tierno, me encantan los perritos - dijo Mateo -. ¿Puedo jugar con él?

Claro - dijo Sofía -. Le encanta jugar.

Mateo cogió la pelota que llevaba Sofía y me la lanzó. Yo la atrapé y se la devolví. Mateo se rió y volvió a lanzarla. Yo volví a atraparla y se la devolví. Así estuvimos un rato, jugando y divirtiéndonos.

Me sentí feliz. Estaba con mi familia. Con mi familia humana y con mi familia perruna. Estaba con las personas que más quería en el mundo.

Y entonces recordé algo.

Recordé por qué había reencarnado en un perro.

Recordé que había sido infiel a Laura con una compañera de trabajo. Recordé que había mentido a Mateo sobre mis viajes de negocios. Recordé que había descuidado a mi familia por mi ambición profesional.

Recordé que había sido un mal esposo y un mal padre.

Y sentí vergüenza. Y arrepentimiento. Y dolor.

Me di cuenta de que había reencarnado en un perro para aprender una lección. Para aprender a valorar lo que tenía. Para aprender a ser fiel, honesto y cariñoso.

Para aprender a ser mejor persona.

Y creo que lo conseguí.

Gracias a Sofía y a Elena, que me dieron una segunda oportunidad. Que me enseñaron el verdadero significado del amor incondicional. Que me hicieron sentir parte de su familia.

Gracias a Laura y a Mateo, que me perdonaron sin saberlo. Que me aceptaron como era. Que me hicieron sentir parte de su vida.

Gracias a todos ellos, que me hicieron feliz.

Y gracias a ti, que me has escuchado hasta el final.

Esta es mi historia.

La historia de Max.

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Imagen creada con la IA de Bing


After several years, one day, while walking with Sofia in the park, I saw something that took my breath away.

I saw my family.

My human family.

They were sitting on a bench under a tree. Laura, my wife, had her hair down and was wearing a white shirt and jeans. Mateo, my son, had a red cap and was wearing a jersey of his favorite soccer team. They were talking and laughing, with a happy expression on their faces.

I couldn't believe it, what were they doing there, how was that possible?

I approached them, without thinking. I wanted to see them up close, I wanted to hear their voices, I wanted to touch them.....

—Max, where are you going?* - Sofia, who had stayed behind, called out to me.

I didn't listen to her. I kept walking towards the bench.

Laura and Mateo saw me and were surprised. They looked at me with curiosity and sympathy.

Hello, pretty boy - Laura said to me. What are you doing here?

She stroked my head and smiled at me.

Is it yours - Mateo asked Sofia, who had come closer to us.

Yes - answered Sofia. His name is Max.

He's very cute, I love puppies - said Mateo. Can I play with him?

Of course - said Sofia -. He loves to play.

Mateo picked up the ball Sofia was carrying and threw it to me. I caught it and threw it back to him. Mateo laughed and threw it back. I caught it again and threw it back to him. We stayed like that for a while, playing and having fun.

I felt happy. I was with my family. With my human family and with my dog family. I was with the people I loved most in the world.

And then I remembered something.

I remembered why I had been reincarnated as a dog.

I remembered that I had been unfaithful to Laura with a co-worker. I remembered that I had lied to Mateo about my business trips. I remembered that I had neglected my family for my professional ambition.

I remembered that I had been a bad husband and a bad father.

And I felt shame. And regret. And pain.

I realized that I had been reincarnated as a dog to learn a lesson. To learn to value what I had. To learn to be faithful, honest and loving.

To learn to be a better person.

And I think I succeeded.

Thanks to Sofia and Elena, who gave me a second chance. Who taught me the true meaning of unconditional love. Who made me feel part of their family.

Thanks to Laura and Mateo, who forgave me without knowing it. Who accepted me as I was. Who made me feel part of their life.

Thanks to all of them, who made me happy.

And thanks to you, who listened to me until the end.

This is my story.

Max's story.


¡GRACIAS POR LEER! // THANK YOU FOR READING!


Nota: Imágenes usadas como títulos y separadores creadas por mí con la ayuda de canva // Note: Images used as titles and separators created by me with the help of canva

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