Queridos #hivers, muy feliz de encontrarme con ustedes nuevamente, les traigo otra edición de mi columna en @holos-lotus, agradeciendo a esta comunidad por este espacio para compartir y crecer. El tema para esta semana: Renovación,muy a tono con la primavera y con la celebración de la Semana Santa, el evento más significativo de la liturgia católica.

La naturaleza nos muestra constantemente su fuerza renovadora, su poder para regenerarse, para brotar rejuvenecida entre las cenizas.

Anualmente, el ciclo de las cuatro estaciones, con la primavera que revienta de vida ante nuestros ojos, constituye un inconfundible testimonio del resurgir de la vida entre la naturaleza muerta, pequeñas nuevas plantas se yerguen sobre la tierra aún cubierta de hojas secas o brotan directamente de ramas y troncos que se mostraban secos.

También los seres humanos somos capaces de renovarnos. Lo hacemos con bastante frecuencia, en el día a día hablamos del cambio de "look", muchos sentimos la necesidad de cambiar nuestra apariencia y nos renovamos con un corte de cabello o renovando el vestuario, pero hay otras renovaciones que practicamos: el cambio en las actividades laborales, cortar con las rutinas, mediante las actividades que nos renuevan, en diferentes aspectos de nuestras dimensiones humanas: la práctica de algún deporte, viajar, las reuniones sociales, los hobbies y todo aquello que nos permite crecer en los diversos ángulos de nuestra personalidad, que nos divierte y que nos permite disfrutar del hermoso regalo de Dios llamado Vida.

Sabemos que nuestras células se renuevan, que nuestro cuerpo no es hoy exactamente el mismo de ayer. Aunque su finitud es indiscutible, nuestro cuerpo está en constante renovación. ¿Y nuestro espíritu?

La espiritualidad es una de nuestras dimensiones humanas, cultivarla es importante, para mantener en equilibrio nuestro ser. Algunas personas entienden el desarrollo espiritual como el seguimiento de los postulados de una religión. Y puede lograrse así, pero lo cierto es que podemos crecer espiritualmente encontrando nuestra Luz interior o al reconocer los prodigios de la Vida y de la Naturaleza, observando éstas con profundidad. Cada persona debe encontrar su propio camino; ninguno es mejor que otro.

El crecimiento, tan fácil de observar en la dimensión física y menos fácilmente en la esfera de sentimientos y emociones, también debe estar presente en la dimensión espiritual.

En la cultura occidental, al menos en apariencia, el desarrollo de la dimensión espiritual no parece formar parte de los objetivos primordiales de la mayoría de sus individuos, orientados a dar respuesta a las necesidades físicas, socio-económicas y emocionales. Quizás por eso, al hablar de espiritualidad se piensa en religiones, pero es bueno destacar que si bien la religiosidad es parte de la espiritualidad, ésta no depende de la pertenencia a una religión determinada. Se puede ser miembro de una religión, viviéndola superficialmente, sin desarrollar la religiosidad.

En todo caso, fomentar nuestra espiritualidad, es muy importante. Saber que es una condición a ser potenciada, desarrollada y que nos hace más sensibles, más humanos.

¿Cómo crecer espiritualmente? Nuevamente es necesario aclarar que cada persona debe encontrar su camino y método, pero hay actividades que a todos nos pueden ayudar, como la meditación, compartir con personas que tengan intereses similares, ayudar a otras personas en sus necesidades, leer, analizar y estudiar textos sobre estos temas.

La celebración de la Semana Santa es el recordatorio anual de la Resurrección, de la renovación de la fe, para el mundo católico. Así como el cuerpo requiere de alimento, también el espíritu lo necesita.

Dear #hivers, very happy to meet you again, I bring you another edition of my column on @holos-lotus, thanking this community for this space to share and grow. The theme for this week: Renewal, very much in tune with spring and with the celebration of Holy Week, the most significant event of the Catholic liturgy.

Nature constantly shows us its renewing force, its power to regenerate itself, to sprout rejuvenated from the ashes.

Annually, the cycle of the four seasons, with spring bursting with life before our eyes, constitutes an unmistakable testimony of the revival of life among the dead nature, small new plants rise above the earth still covered with dry leaves or sprout directly from branches and trunks that were dry.

Human beings are also capable of renewing ourselves. We do it quite frequently, on a day-to-day basis we talk about changing our "look", many of us feel the need to change our appearance and we renew ourselves with a haircut or renewing our wardrobe, but there are other renovations that we practice: the change in work activities, breaking with routines, through activities that renew us, in different aspects of our human dimensions: the practice of some sport, traveling, social gatherings, hobbies and everything that it allows us to grow in the different angles of our personality, which amuses us and which allows us to enjoy the beautiful gift of God called Life.

We know that our cells renew themselves, that our body is not exactly the same today as it was yesterday. Although its finiteness is indisputable, our body is constantly being renewed. And our spirit?

Spirituality is one of our human dimensions, cultivating it is important, to keep our being in balance. Some people understand spiritual development as following the postulates of a religion. And it can be achieved like this, but the truth is that we can grow spiritually by finding our inner Light or by recognizing the wonders of Life and Nature, observing them in depth. Each person must find their own way; none is better than another.

Growth, so easy to observe in the physical dimension and less easily in the sphere of feelings and emotions, must also be present in the spiritual dimension.

In Western culture, at least in appearance, the development of the spiritual dimension does not seem to be part of the primary objectives of most of its individuals, oriented to respond to physical needs, socio-economic and emotional. Perhaps for this reason, when talking about spirituality, one thinks of religions, but it is good to emphasize that although religiosity is part of spirituality, it does not depend on belonging to a certain religion. You can be a member of a religion, living it superficially, without developing religiosity.

In any case, fostering our spirituality is very important. Knowing that it is a condition to be strengthened, developed and that makes us more sensitive, more human.

How to grow spiritually? Once again, it is necessary to clarify that each person must find their way and method, but there are activities that can help all of us, such as meditation, sharing with people who have similar interests, helping other people with their needs, reading, analyzing, and studying texts. about these issues.

The celebration of Holy Week is the annual reminder of the Resurrection, of the renewal of faith, for the Catholic world. Just as the body requires food, so does the spirit.