Hace días conversaba con mi esposo y le contaba las cosas que quería lograr, la lista era larga y yo estaba muy emocionada con mis planes, porque contratamos a una persona para que me ayude en casa, entonces ahora sí tengo más tiempo para mí y mis asuntos personales. Entre tantas cosas que hablamos él me dice, veo que tienes muchos planes, pero no estás enfocada en una meta que te genere beneficios a largo plazo. Cuando quieres abarcar mucho, a veces no terminas logrando nada. Y de esta conversación recordé está frase que dice: mente ordenada vida ordenada. Nuestros pensamientos conducen nuestra manera de actuar. Si nuestros pensamientos están desordenados, queriendo guiarnos por muchos caminos, pero no hay una meta en común, entonces nuestra vida también estará desordenada.

Entendí que más allá de querer lograr muchas cosas a la vez, debo tener PRIORIDADES y dedicar tiempo a aquellas cosas que aporten valor a mi vida.

¿Cómo hago para escoger cuáles son mis prioridades?

Primero, escogo metas que sean alcanzables. Tomo en cuenta, la etapa que estoy viviendo, el tiempo que puedo disponer para trabajar en esas metas, y si tengo los recursos y habilidades necesarias para lograrlas.

Segundo, evito la multitarea. Cuando trato de abarcar muchas cosas al mismo tiempo, termino teniendo un día agotador y con muchas tareas a medias. Entonces, es mejor hacer poco, pero hacerlo bien.

Y finalmente, practicar el autocuidado. Un día productivo también puede verse, estando descansando y recuperando las energías necesarias para avanzar y evitar el cansancio extremo.

Mi visión de un día productivo cambió, cuando entendí que necesitaba: ordenar mis pensamientos, establecer prioridades y crear metas alcanzables. Desde entonces, la lista del día a día ya no es tan larga. Está enfocada en pequeñas tareas, que me llevarán a conseguir grandes resultado, entendido que mi prioridad número uno, es el bienestar de mi hija.

English

The list was long and I was very excited about my plans, because we hired a person to help me at home, so now I have more time for myself and my personal matters. Among the many things we talked about, he tells me, I see that you have many plans, but you are not focused on a goal that will generate long-term benefits. When you want to cover a lot, sometimes you don't end up achieving anything. And from this conversation I remembered this phrase that says: orderly mind orderly life. Our thoughts drive the way we act. If our thoughts are disordered, wanting to guide us through many paths, but there is no common goal, then our life will also be disordered.

I understood that beyond wanting to accomplish many things at once, I must have PRIORITIES and dedicate time to those things that add value to my life.

How do I choose what my priorities are?

First, I choose goals that are achievable. I take into account the stage I am in, the time I have available to work on those goals, and whether I have the resources and skills necessary to achieve them.

Second, I avoid multitasking. When I try to do too many things at the same time, I end up having an exhausting day with many half-finished tasks. So, it's better to do little, but do it well.

And finally, practice self-care. A productive day can also be seen by resting and recovering the necessary energy to move forward and avoid extreme fatigue.

My vision of a productive day changed, when I understood that I needed to: order my thoughts, set priorities and create achievable goals. Since then, the day-to-day list is no longer so long. It is focused on small tasks, which will lead me to achieve great results, understanding that my number one priority is my daughter's wellbeing.