«En la guerra te das cuenta que los planes son inservibles, pero hacer planes es indispensable»
-Dwight E. Eisenhower.
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Llegamos a Pitalito en la madrugada, un poco antes de las 3am. Es una buena hora para llegar cuando estás dentro de un terminal relativamente seguro. Esperamos el amanecer, Natalia durmió un rato más en una banca, con los gatitos.
Un gatito se acercó a saludar, terminal de Pitalito, Huila. Colombia Marzo del 2020.
Esa llegada fue especial para nosotros, hacía ya tiempo que no íbamos a una ciudad 100% desconocida, y eso lo hacía muy emocionante. Con el tiempo Pitalito se iba a convertir en una ciudad de mucho crecimiento para nosotros...
Lo primero que comimos fue una mazamorra, no la habíamos probado antes y quedamos encantados, en especial por su bajo coste.
Cuando ya amaneció, tomamos un taxi en dirección a unos semáforos que nos habían recomendado, unos de los pocos semáforos de la ciudad, es un lugar más bien pequeño, pero acogedor.
Allí trabajamos un rato, comimos mazamorra y al poco tiempo nos tropezamos a otro malabarista que nos indicaría un lindo lugar para estar, un hostel conocido como "La casa de Yeimy"...
Casa Yeimy, Marzo del 2020. Pitalito, Colombia.
En la casa de Yeimy, la primera noche que dormimos dejé el celular cargándose cerca a una ventana, y algún amigo de lo ajeno se lo llevó, así que quedamos sin móvil y por eso no tenemos muchas fotos de esos días.
En nuestra estancia allí, empezaría la nueva normalidad, pandemia, encierros, noticias difusas y confusas, opinólogos de oficio, que si fueron los gringos, que si los aliens, que si es el fin de la humanidad, solo imagínense la situación... Quedar encerrado en plena pandemia con un montón de hippies roñosos, no les voy a decir que fue lo peor del mundo pero en algunos momentos la cosa se puso peliaguda, afortunadamente teníamos una habitación privada para nosotros, la única del sitio.
Acumulamos deuda, quedamos en la situación de pagar casi toda la deuda y quedarnos ahí, o mejor buscar otro sitio... En plena pandemia, una pareja joven de venezolanos con dos gatos. Ehm...
Afortunadamente al poco tiempo conseguimos un lindo lugar, y poco a poco fuimos pagando casi toda la deuda.
Desde que nos mudamos a otro lugar la cosa cambió bastante, pudimos enfocarnos más en cosas como entrenar, comer más sano, sembrar plantitas, aprender otras cosas...
Comidas lindas que prepara Natalia. Me hice unas pesas endógenas con cemento, Ágatha con algunas de las plantas.
La plandemia siguió avanzando, y bueno, ya no habían tantas restricciones y todo el tema, se podía salir a trabajar más tranquilamente y la cosa iba mejorando, sin embargo pensar en movernos aún nos parecía un poco apresurado. Así que solo nos enfocamos en otras cosas mientras le dábamos tiempo al tiempo...
En un momento de la plandemia Natalia vendió galletitas, entre otras cosas, como stickers.
¿Y los gatos?
Preocupadísimos por el aumento de contagios en Europa...
Algo que supuso un gran cambio para la practicidad del viaje fue haber cambiado el carrito móvil de los gatos, por unos hermosos guacales (o kennels) plásticos super livianos y seguros.
La mejora en practicidad fue de un 200%, es más cómodo llevarlos en un taxi, o salir a dar una vuelta con los gatos teniendo los guacales.
La primera prueba práctica de los guacales fue cuando fuimos a visitar a unos amigos que estaban en un lugar cercano, en San Agustín.
San Agustín, Huila.
Fueron un par de días muy agradables compartiendo con nuestros amigos y su niño, habían siembras de café cercanas, y unas cascadas super bonitas, me gustaría hacer un post más específico sobre esos días en San Agucho.
Cascada "El Cinco", San Agustín, Huila, Colombia. Noviembre del 2020.
Natalia empezó a hacer handpoked (técnica de tatuaje) , que era algo que estaba pensando hacer hace mucho tiempo, así que un buen día compró los materiales y luego de instruirse mucho y algunas prácticas en ella misma (y en mí) se animó a tatuar a otra persona. Actualmente ha hecho varios tatuajes y solo ha ido mejorando.
Esto ya sería en Noviembre del 2020. Pitalito, Huila. Colombia.
Para mediados de Noviembre habíamos hecho muy lindas amistades en Pitalito, de todas las edades. En especial los niños de un parque cerca de donde vivían unos amigos, Eri y Sebas.
Natalia montando Slackline. Eri y Sebas enseñaban a los niños diferentes disciplinas.
Movimiento en Spiral (Erika, de fucsia) y Natalia (al fondo) <3
Natalia y yo pensamos en enseñar alguna manualidad a los niños, como una especie de despedida y agradecimiento a la ciudad que nos había tratado tan bien en esos momentos tan complicados, como los hubieron en el año 2020.
Pegamos carteles en los postes, invitamos a todos los niños que pudimos con la ayuda de nuestros amigos.
Ya usábamos nuestro logo actual, fue un día super lindo. Noviembre del 2020, Pitalito. Colombia.
Y simplemente lo hicimos real, fue una muy bonita experiencia el poder compartir más de cerca con los niños y la comunidad durante todas esas tardes que íbamos a entrenar o a enseñar cosas a las personas interesadas.
Alextemo, Erika, los niños. Hermoso día.
Unos días antes de partir de Pitalito unos amigos tuvieron una muy linda presentación en un teatro de la ciudad, evento del cual nos quedó esta foto.
Pura gente linda <3
Pitalito fue un lugar donde crecimos mucho, aprendimos nuevas cosas y conocimos a personas con las que estableceríamos amistades fuertes y fructíferas. Seguimos compactando todo nuestro proyecto, imprimimos nuevos logos con mejores diseños, nos despedimos con mucho cariño, nuevamente hicimos las maletas...
Nuevas calcomanías, con nuestro nuevo logo. Natalia y Gattoo Ink
Y fue hora de continuar, los primeros días de Diciembre partimos a un voluntariado en un lugar hermoso ubicado en la selva del Putumayo Colombiano, cercano a la ciudad de Mocoa.
Hasta luego Pitalito, gracias por tanto!!!
Y nos fuimos al Putumayo!!!...
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