Hola amigos 🌿
¡Bonito día para todos! Mi esposo y yo seguimos en el estado Portuguesa, el granero de Venezuela nombre que se ha ganado humildemente. Han sido días calurosos, pero también hemos tenido días llenos de relámpagos y mucha lluvia. Ya está entrando la temporada de mangos, así que en poco tiempo se llenarán los patios de las casas con mangas y mangos.🥭
Antes de regresarnos a Barquisimeto, teníamos la meta de darnos un chapuzón en el río Camburito, lujo del que gozan todos los que hacen vida en el caserío Camburito que pertenece al municipio Araure.
Tengo un tío que vive en Camburito desde toda la vida, así que parte del viaje también fue para visitarlo. Hubo que levantarse bien temprano para poder agarrar el carro hacia allá. El transporte para esa zona es escaso, dicen que hay un autobús también, pero hoy en día es como un mito para no perder la esperanza en la parada. Después de esperar una hora y varios minutos, por fin pasó el carro. ✌🏼
Cuando vas dejando atrás las casas, el horizonte se transforma en llanura ancha y lejana, se empieza a sentir otra energía...
Llegamos y se sentía fresco, olía a café y monte húmedo. Casi todo estaba exactamente como lo recordaba, solo hacían falta las personas, muchas emigraron, sí, también en los caseríos las personas decidieron irse a otros rumbos buscando un cambio.
Mi papá también pasó varias temporadas en una casita que tenía en Camburito, cocinando en fogón y buscando leña a la orilla del río. En ese tiempo el transporte era más activo y mi hermano y yo siempre íbamos a pasar las vacaciones escolares.
Así que volver se sintió como un viaje en el tiempo, felicidad, nostalgia, el olor de las caraotas a leña, bañarse en el río a las 5 de la tarde, agarrar luciérnagas, frutas por todos lados. Tenía años queriendo regresar a ese río, aunque sea a mojarme los pies.
Cuando mi papá vendió aquella casita, volvimos tiempo después en compañía de mi esposo. Yo no tenía teléfono para tener fotos de recuerdo, pero tenía una cámara analógica, allí están las únicas fotos del 2019 que tomé de aquel lugar que me hizo tan feliz y que todavía no se han revelado. 😭
Volver una y otra vez, volver a los lugares donde fuimos felices.
Íbamos preparados para bañarnos, pero eso no se pudo. Estaba muy revuelta el agua y la corriente muy fuerte. Mi tío me dijo que de haber llegado cuatro días antes, íbamos a encontrarnos con el agua cristalina. Igual nosotros caminamos para poder reencontrarnos con ese gigante mágico, que por cierto se mudó.
Así es, el río estaba más lejos y donde antes no se sembraban alimentos (porque al crecer el río se llevaba todo), había siembras y siembras. Estaba muy bonito y despejado el camino.
Aquí pueden apreciar lo grandiosa que es la naturaleza, tengo que decir que lloré un poquito, es que la alegría no cabía en mí. Me sentía tan feliz de saber que aún está allí el río donde mi hermano se bañó siendo un bebé hace ya 20 años, pasé infinidad de momentos felices junto a mi familia en ese lugar viendo a los pescaditos comer las migas de galleta que usábamos para atraerlos.
Me traje piedritas misteriosas que se dejaron encontrar, metí mis manos al agua fría y grabé su imagen en mi corazón nuevamente. José se quedó con las ganas de bañarse y yo por fin renové esa energía fluctuante que recorre una parte de mi país.
Gracias por leer y venir de paseo con nosotros a la orilla del río. ¡Feliz semana a todos!🐝🌷
Créditos
- Traducido en DeepL.
English
Hello friends 🌿
A nice day to all of you! My husband and I are still in Portuguesa state, the breadbasket of Venezuela, a name it has humbly earned. It's been hot days, but we've also had days full of lightning and lots of rain. The mango season is already starting, so in a short time the patios of the houses will be filled with mangoes and mangos 🥭.
Before returning to Barquisimeto, our goal was to take a dip in the Camburito river, a luxury enjoyed by all those who live in the hamlet of Camburito, which belongs to the municipality of Araure.
I have an uncle who has lived in Camburito all his life, so part of the trip was also to visit him. We had to get up very early in the morning to be able to take the car there. Transport to that area is scarce, they say there is a bus too, but nowadays it's like a myth not to lose hope at the bus stop. After waiting for an hour and several minutes, the bus finally came by. ✌🏼
When you leave the houses behind, the horizon turns into a wide and distant plain, you start to feel a different energy...
We arrived and it felt fresh, smelled of coffee and damp bush. Almost everything was exactly as I remembered it, only the people were missing, many had emigrated, yes, even in the hamlets people decided to go to other places looking for a change.
My father also spent several seasons in a little house he had in Camburito, cooking on the cooker and looking for firewood by the river. At that time transport was more active and my brother and I always went there for school holidays.
So going back felt like a trip back in time, happiness, nostalgia, the smell of wood-fired beans, bathing in the river at 5pm, catching fireflies, fruits everywhere. I had wanted to go back to that river for years, even if it was just to get my feet wet.
When my father sold that little house, we returned some time later with my husband. I didn't have a phone for souvenir photos, but I had an analogue camera, and here are the only photos of 2019 that I took of that place that made me so happy and that have not yet been developed. 😭
Back again and again, back to the places where we were happy.
We were ready to go for a swim, but it was not possible. The water was too rough and the current too strong. My uncle told me that if we had arrived four days earlier, we would have found the crystal clear water. We still walked to meet this magical giant, who by the way moved away.
That's right, the river was further away and where before there were no food crops (because when the river rose it carried everything away), there were fields and fields. The road was very beautiful and clear.
Here you can appreciate how great nature is, I have to say that I cried a little bit, I was so happy. I was so happy to know that the river where my brother bathed as a baby 20 years ago is still there, I spent countless happy moments with my family in that place watching the little fish eating the cracker crumbs that we used to attract them.
I brought mysterious pebbles that allowed themselves to be found, I put my hands in the cold water and engraved his image in my heart again. José was left with the desire to bathe and I finally renewed that fluctuating energy that runs through a part of my country.
Thanks for reading and for coming along for the ride with us on the riverbank, Happy weekend to all of you! 🐝🌷
Credits
- Translated at DeepL.