Si quieres conservar alimentos de temporada y ahorrar en tiempo y dinero, es muy útil el uso de algunos métodos de conserva. Al conservar alimentos o platos elaborados tenemos dos ventajas: por una parte, los alimentos de temporada son más económicos y están en su momento óptimo y por otra parte, si cocinamos cantidades mayores y las conservamos, después dispondremos de nuestros platos recién cocinados, de forma muy rápida y como recién hechos.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de conservarlos y que duren el mayor tiempo posible?
En el siguiente artículo, te muestro cómo conservar los alimentos en casa y como hacer con cada tipo de alimento específicamente.
Deshidrata: Una opción, muy buena y poco usual, es deshidratar: algunas frutas y verduras pueden ponerse en el horno a fuego muy bajito durante un rato largo y con la puerta entreabierta. El alimento, en este proceso, va concentrando todo su sabor, y pierde los jugos que provocan la descomposición, retrasando su caducidad.
Congela: Lógicamente, el congelado es un proceso que se viene usando hace tiempo como método predilecto de conservación de los alimentos. Es práctico y fácil de hacer, pero existen algunos tips que pueden hacerlo todavía más útil. Por ejemplo, considerar que ciertas frutas y verduras pueden congelarse frescas, así como vienen del mercado, y saber bien cuáles son las que mejor soportan este proceso.
Fermenta: Los fermentos se están convirtiendo en un gran ícono de la alimentación contemporánea. Estos preparados contienen probióticos que pueden contribuir, según el tipo de organismo que tengamos, a mejorar el funcionamiento intestinal, entre otras ventajas. Siempre lo ideal es consultar a un médico clínico o gastroenterólogo antes de embarcarnos en su consumo regular. Igualmente, muchos fermentos son un alimento típico de la dieta de las personas desde hace cientos y miles de años, como por ejemplo: el yogur
Conserva a baño maría: Prácticamente cualquier alimento, fresco o preparado que queramos conservar por un tiempo puede envasarse en un tarro cerrado herméticamente mediante una pasteurización casera, como suele utilizarse en los procesos de envasado de mermeladas o dulces caseros: se sumerge el frasco en agua hirviendo, para eliminar las posibles bacterias que pueda contener.
Realiza mermeladas o conservas: De un modo muy tradicional, si compramos alguna fruta o verdura que esté de estación o en promociones, podemos aprovecharla y hacer que rinda más si la convertimos en una mermelada, jalea o conserva.
Ahora bien, cada grupo de alimentos tiene una forma específica de conservación y en Mercadesa queremos enseñarte cada una de las formas, pues nuestros productos son frescos, y pueden perfectamente pasar por cada proceso.
La carne: La conservación de la carne en casa, del tipo que sea, requiere temperaturas de refrigeración. Es un alimento rico en proteínas y con un contenido en agua importante, lo que la hace susceptible a la contaminación bacteriana (Salmonella, Listeria y E. coli).
La temperatura a la que debería mantenerse la nevera sería de unos 4ºC. En alimentos frescos como la carne es importante mantener estas condiciones hasta el momento de su consumo. La carne fresca tiene una vida corta y, aunque se mantenga en la nevera, debería cocinarse antes de las 72 horas tras la compra. Es importante protegerla del contacto con el aire para evitar contaminaciones.
Principios básicos de la conservación de carne en casa
· Almacenarla en la parte inferior de la nevera para evitar que gotee a otros alimentos.
· Debe introducirse en recipientes limpios y cerrados de forma hermética.
· La carne cruda en trozos o filetes se mantiene entre tres y cinco días; la carne picada, entre uno y dos días.
· La carne cocida se mantiene en la nevera de dos a tres días.
Frutas y verduras: El ciclo de putrefacción de una fruta o un vegetal recolectado comienza porque, pasado el punto óptimo de maduración, los tejidos deteriorados por la propia actividad enzimática del fruto permiten la entrada y ataque de bacterias, hongos y mohos. El proceso conduce al cambio visual de un vegetal maduro a uno podrido.
Condiciones para la conservación:
Conservar en un lugar fresco, seco y oscuro
La velocidad de las reacciones enzimáticas aumenta cuanto mayor es la temperatura, la cantidad de agua presente en el propio vegetal y la humedad ambiental. Por ello, es prioritario conservar las frutas y verduras en un lugar seco, fresco y en oscuridad.
Por otro lado, también ayuda a preservar los alimentos el envasado al vacío. Esta estrategia elimina el contacto del alimento con el oxígeno del ambiente, impidiendo que se desarrollen microorganismos.
Deshidratar o secar las frutas y verduras
Dado que la proliferación de microorganismos y el transcurso de las reacciones enzimáticas requiere de un medio acuoso, una técnica común de conservación es el secado o deshidratación.
Secar los alimentos cuando están congelados, una técnica industrial sofisticada
La industria alimentaria emplea otra técnica de deshidratación: la liofilización, una técnica industrial que hace que los alimentos queden secos aun cuando están congelados.
Fermentados y encurtidos: También se pueden preservar frutas y verduras en sustancias ácidas como el vinagre, que contiene un ácido carboxílico llamado ácido acético. El vinagre es una pieza clave en los escabeches, los marinados y los encurtidos. Se emplea como conservante porque ralentiza la putrefacción al minimizar o ralentizar la acción enzimática que, por desnaturalización, se ve impedida en ambientes ácidos.
Y no se nos pueden quedar atrás, los dulces, para darle un toque de azúcar a nuestras vidas, y poder conservar los postres:
– Congela las masas. Si eres tú el que va a preparar tus dulces, te vamos a dar un consejo. Congela la masa sobresante y utiliza sólo para hornear la que creas que vayas a consumir en los próximos días. Así, seguro que evitarás tirar el restante y otro día, con sólo descongelar la masa te estarás ahorrando toda esa parte del trabajo.
– Deja enfriar los dulces antes de guardarlos. Otro consejo para los que preparen sus dulces en casa es dejarlos enfriar completamente antes de almacenarlos y guardarlos. Así, se conservarán de forma correcta y no se reblandecerán ni pondrán mustios antes de tiempo.
– Separa los tipos de dulces. ¡No mezcles! No consideres que todos los dulces son del mismo tipo, ya que cada uno contiene diferentes ingredientes y por tanto, es posible que tengan diferentes días de conservación. Lo mejor es que los guardes por separado.
– Utiliza recipientes herméticos. Y, por último, utiliza recipientes herméticos. Es importante que se mantengan alejados de la luz y la humedad. Para eso, un recipiente hermético será el mejor aislante y aliado para la conservación de tus dulces.
En conclusión, existen numerosas técnicas para preservar nuestros productos alimenticios. La aplicación de unos u otros procedimientos dependerá del objetivo de uso y consumo que se persiga.
En cualquier caso, el principal factor para tener en cuenta en el proceso de conservación es la reducción del contenido en agua (manteniendo, dentro de lo posible, la forma, la textura y demás características), pues de su presencia depende el normal transcurso de las reacciones enzimáticas propias de la maduración y putrefacción, así como el desarrollo de microorganismos.
Por último, debemos tener en cuenta que, siempre que se pueda, lo más recomendable sería consumir estos productos frescos y, dependiendo del uso y consumo que se quiera conseguir, usar las técnicas menos invasivas para procesar y conservar estos alimentos.
¿Has usado alguna técnica de esta de conservación? ¿Tus comidas han quedado conservadas exitosamente? ¿Conoces algún que otro método para que duren más los alimentos?
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