Segunda vez participando en este bello concurso de cuentos que la amiga @rahesi trae para endulzar la plataforma.
Foto tomada del blog de @rahesi
Fiel compañero
Tenía cinco años y era una niña solitaria ya que por motivos de salud no podía salir a jugar con los demás niños y mis días pasaban mirando por la ventana como los niños corrían y reían más yo en mi soledad me sentía devastada.
Recuerdo una noche fría de invierno mi padrino llegó presuroso a la casa; golpeando la puerta entró con una manta en sus manos como si algo valioso así como un tesoro llevara consigo sin querer que nadie más lo viera; me quede observando sin decir nada para no ser imprudente y fijo sus ojos en mi y me dijo acá traigo un amiguito para ti y yo asombrada y presurosa estire mis manos para recibir tal valioso tesoro. Lo cogí despacito y sentí que algo se movía y se quejaba, alce la mirada y él sonrió y me dijo vamos saca la manta y mira.
Despacito fui sacando esa manta hasta que unos ojitos negros me quedaron mirando de forma tierna y esa naricita húmeda roso mi mano y grite un perrito que lindo, lo abrace fuerte y llore de emoción; tenía un amigo, un compañero que estaría conmigo alejando esa soledad.
Crecí y mi perrito estuvo conmigo, me vio dar esos nuevos primeros pasos y me vio sonreír; jugábamos cada tarde y me lengüeteaba la cara como dando besos, esos besos pegajosos con su nariz fría y ojitos dulces, me convirtió en una nueva niña, una que sonreía, una que disfrutaba el aire y que ya no lloraba más.
Ya soy mayor y mi perrito sigue conmigo, ya no juega tanto como antes, le gusta estar dormido al pie de mi cama sobre su edredón, cuando lo llamo mueve su cola y me queda mirando con esa misma mirada de cachorro de hace ya 22 años, lo llamo le digo ven acá mi pequeño Togo y él solo me mueve la cola y se vuelve a recostar.
Te veo tan imponente y desvalido al mismo tiempo mi fiel dulce amigo, cuantas lágrimas recibiste en tu pelaje mientras te abrazaba y lloraba de frustración por no poder lograr cosas en aquella etapa de recuperación, esa forma tan tuya de darme serenidad en medio de tus abrazos y choques de nariz húmeda, cuanto amor sincero, puro desinteresado me diste sin pedir nada a cambio; mi pequeño gran Togo mi mejor amigo.
Hoy estas distinto, no tienes ánimos y tu mirada está ausente, te libero de tu carga mi fiel amigo, ya no debes cuidarme puedes ir en paz y así en mi regazo cerraste tus ojos y partir al cielo y esperar que algún día llegue nuevamente a tu lado, mi fiel amigo, protector fiero me regalaste la vida te doy gracias por eso.
Gracias madrina @lisfabian por tus consejos y apoyo.
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