Fuente
—¿Habrá un cafecito por ahí?
Hablábamos de tantas cosas vanas cuando tus arrugas tenían tantas cosas por contar, cuando cada marca de tu piel escondía una historia, cuando tus ojos habían visto cosas inimaginables para los míos… cuando quizás el silencio podía hablar más que nuestras palabras.
La última vez nos sentamos a la mesa no solo con un café, sino también con una complicidad nunca antes descubierta. Tú me mirabas como si apenas te estuvieses dando cuenta de que el tiempo había pasado y ya no era aquella niña que se sentaba sobre tus piernas a escuchar cuentos infantiles. Esa noche hablamos acerca de Dios, de la eternidad… ¿habrá vida después de la muerte?
Ahora es diferente. Nadie pregunta si hay café y me toca sentarme sola en la misma mesa que fue testigo de tantas conversaciones. Ya no estarás tú para molestarme mientras trato de hacer algo importante, para hacerme reír con algún comentario, o para simplemente acompañarme en silencio. Ya no estás tú, y haces tanta falta.
Creo que tu café se te está enfriando, abuelito.
Esta es mi primera entrada para el concurso patrocinado por @rahesi. Los invito a todos a participar, me parece una excelente iniciativa y ejercicio de escritura creativa.
Espero que hayan disfrutado la lectura.