Mientras más oramos, más cercanos estamos a Dios. Y cuanto mayor sea la cercanía, mayor será la luz que irradie nuestras vidas.
La luz es felicidad, y en realidad esto es todo lo que anhela el ser humano; ser feliz...
No existe felicidad fuera de Dios; jamás confundas felicidad con comodidad.
La felicidad plena es la luz del Creador iluminando nuestras vidas.
Más oración, más luz, más felicidad... es lo que realmente necesitamos.
Quien tiene fe, conversa a diario con Dios, pues no existe fe sin oración.
Si te ha gustado esta publicación, no dudes en comentar, compartir y obsequiarnos tu voto...
¡Muchas Gracias!
Shalom U'Brajot (Paz y Bendiciones)