Qué relación hay entre el dolor físico y el dolor emocional

Las enfermedades y el dolor físico muchas veces aparecen sin que nadie pueda darles una explicación. La medicina convencional se desvincula de dolor emocional, y esto es algo que debe ir cambiando con el paso del tiempo. Tras un dolor físico suelen existir muchos factores, y uno de los que se contempla en la actualidad es el dolor emocional. ¿Se puede explicar un dolor físico a través del aspecto emocional? La ciencia ya está abriendo estas nuevas vías de estudio como veremos a continuación.

Tras numerosos estudios realizados, se ha comprobado cómo el dolor crónico no solamente puede ser causado por algún daño físico, sino también por un dolor emocional. Entre estos dos aspectos el dolor físico y el emocional hay una conexión que no podemos desatender. La ciencia está abriendo los ojos ante un mundo realmente insólito y complejo como es el de las emociones.
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Fuente: Pixabay geralt

A lo largo de nuestra vida pasamos por circunstancias muy dolorosas como pueden ser las relacionadas con el duelo y las pérdidas significativas. Vivimos etapas en las que se desencadenan muchas situaciones difíciles, con el trabajo, la familia, la pareja, las amistades, etc. Pocas son las ocasiones en las que estamos realmente preparados para afrontar tantas adversidades y dificultades, y acabamos por derrumbarnos. Es así como aparece el dolor emocional.

Es un hecho inevitable, seguro que has sufrido de dolor emocional y sabes muy bien lo que te comento. También habrás comprobado cómo, tras estos momentos tan duros, tu cuerpo se resiente. Habrás notado cómo te debilitas y te vuelves más vulnerable ante las enfermedades. En un periodo así hay muchas más posibilidades de tener dolores físicos e incluso enfermar. Esto es algo que prestando atención fácilmente puede comprobar cualquier persona. ¿Estos síntomas nos estarán queriendo decir algo?

Las emociones hablan

Habitualmente nos vemos desbordados por los problemas emocionales, nos percibimos con falta de recursos y es por eso que intentamos huir de lo que sentimos, de ese dolor, pretendiendo evitarlo a toda costa. En esta huida o lucha estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado, y no vemos que ese dolor emocional disminuya. Las emociones acaban hablándonos a través de nuestro cuerpo.

Bajo esta línea de investigación, los expertos en el tema explican que el dolor físico, en muchas ocasiones, es una advertencia acerca de que no estamos cuidando de nuestro aspecto emocional. Las emociones cuando no las atendemos necesitan manifestarse de alguna manera para que las escuchemos, y es así como aparecen a través de procesos psicosomáticos.

Nos guste o no, hay una relación evidente entre nuestra mente y nuestro cuerpo, todo lo que ocurre con nuestros procesos mentales, sentimientos y emociones nos influye de alguna manera. Para todas las enfermedades y dolores físicos podemos encontrar medicamentos y sustancias químicas, que son las soluciones que nos propone la medicina occidental convencional. Pero, ¿es suficiente con esto? Es evidente que no, los dolores aparecen una y otra vez, las enfermedades se cronifican y aparecen nuevos síntomas que los profesionales de la medicina no pueden explicar.

Los tratamientos médicos convencionales no han de ser descuidados, pero sí que deberían ser complementados con más vías de tratamiento. Esto precisamente es lo que se está investigando puesto que las intervenciones no deben ser tan reduccionistas: nuestros problemas físicos están compuestos por multitud de factores, y es por esto que la atención ha de ser multidisciplinar. Esto supone que igual que nos atiende un médico especialista cuando aparece una enfermedad, nos pueda atender a su vez un especialista en salud mental, también en relación a los síntomas de la enfermedad.

Distintas dolencias en nuestro cuerpo pueden tener que ver con emociones que no han sido atendidas, con emociones atrapadas que no hemos logrado liberar. ¿Cómo es posible que sanemos estás manifestaciones emocionales? Es algo a lo que no estamos acostumbrados y a lo que no nos han enseñado, debido a que nuestra cultura incentiva la represión de las emociones desagradables y nos incentiva solo, y en casos determinados, a que expresemos las emociones que llamamos positivas, dando así a entender que las demás son negativas e indignas.

Cuidar tu salud atendiendo a tus emociones
Las emociones conforman un aspecto fundamental en nuestras vidas, dependiendo de cómo aprendamos a gestionarlas nos serán de gran utilidad para nuestro crecimiento personal, o nos controlarán y acabarán siendo un gran obstáculo para nuestro día a día afectando a nuestra salud. Es importante, por lo tanto, que las atendamos por nuestro bienestar.

Síntomas como los dolores de cabeza recurrentes, ansiedad, dolores de estómago, tensiones musculares, alergias, estrés y fatiga crónica van cargados muchas veces de emociones que no han sido bien gestionadas. Son manifestaciones que persisten porque no estamos entendiendo el significado de estos síntomas.

No somos conscientes de nuestras emociones, no sabemos atenderlas ni comprenderlas. ¿Esta desconexión a qué se debe? Necesitamos calmar nuestra mente para ver con mayor claridad. Mediante la práctica de la meditación los sentimientos y las emociones hacen su aparición de una forma espontánea, posibilitando que las emociones se hagan conscientes. De esta manera conforme van llegando debemos de atenderlas de una forma positiva, sin rechazarlas y sin luchar contra ellas para exterminarlas.

Gestionar nuestras emociones significa experimentarlas, acercándonos a ellas hasta sentirlas parte de nosotros. Solo así es posible terminar con el sufrimiento y el dolor emocional. Mediante la meditación obtenemos un autoconocimiento para poder gestionar de una manera consciente y honesta nuestras emociones. Tomar conciencia siempre es un requisito imprescindible para que asumamos la responsabilidad de cómo nos sentimos y cómo se encuentra el equilibrio natural de nuestro organismo.

Es evidente que nuestras emociones están estrechamente conectadas con nuestro organismo, y desde luego, con el dolor físico. El dolor emocional solo es posible gestionarlo a través de adquirir conciencia en nuestras emociones y responsabilizarnos de ellas. La meditación es una herramienta eficaz en este sentido que puede aportarnos los recursos que necesitamos, para asociarnos con nuestras emociones en vez de tener que luchar contra ellas.

En conclusión, cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.

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