La diversidad (del latín diversitas) es una noción que hace referencia a la diferencia, la variedad, la abundancia de cosas distintas o la desemejanza.
Diversidad
La diversidad cultural refiere a la convivencia e interacción entre distintas culturas. La existencia de múltiples culturas está considerada como un activo importante de la humanidad ya que contribuye al conocimiento. Cada persona, por otra parte, tiene derecho a que su cultura sea respetada tanto por otras personas como por las autoridades.
En muchas ocasiones, la supervivencia de una cultura se ve amenazada por el avance de otra con vocación hegemónica. En estos casos, el gobierno y las instituciones deben proteger a la cultura que tiene menos poder para garantizar su subsistencia y, de esta manera, asegurar la diversidad cultural.
En ese mismo sentido, la diversidad sexual es la existencia de distintas orientaciones e identidades sexuales. Los grupos minoritarios, entre los que se encuentran homosexuales y bisexuales, se encargan de defender este concepto para que sus derechos no sean vulnerados y puedan acceder a las mismas posibilidades que la mayoría (heterosexuales).
Para ti , leedor del articulo
Los seres humanos son como constelaciones en el universo, diferentes y únicas, por lo que es imposible que estemos de acuerdo las 24 horas del día los siete días de la semana. Es malo estar de acuerdo en todo porque no tendríamos diversidad.
Siempre debemos defender nuestro parecer, con respeto y buenos argumentos, esa es la clave.
La diversidad nos abre a un mundo lleno de posibilidades, nos permite conocer personas que piensa y accionan diferentes a nosotros pero que igual merecen nuestro respeto.
Cuando no estamos de acuerdo con alguien o algo, se abren los debates, llega la oportunidad de defender lo que creemos y el punto donde debemos aceptar que no tenemos que estar de acuerdo siempre. Por eso existen tantas religiones, deportes y equipos, géneros artísticos, preferencias sexuales; porque el abanico de posibilidades nos permite elegir.
Muchas veces como adolescentes tememos defender lo que pensamos ante un adulto, por temor a faltarle el respeto, o a que nos den una respuesta absurda de “Porque soy mayor, tengo la razón”.
La edad, ni la clase social son determinantes de quien tiene la razón y quien no, por eso, no debemos cohibirnos cuando pensamos diferente al otro. Es más, porque pensamos diferente es que el mundo es tan hermoso, sino la vida en sí sería aburrida y monótona.
¿Cómo saber si estas irrespetando?
Cuando defendemos nuestro punto de vista, sea con quien sea, debemos hacerlo con respeto. Lo primero es el tono de voz, mantenlo en un rango normal y calmado, no te alteres porque no logres que el otro piense como tú.
Lo segundo es, tener argumentos válidos, concretos. No puedes decir que piensas de una manera, simplemente porque si, tienen que haber motivos detrás de esa idea.
Ahora bien, defender tu opinión, no significa hacer que el otro cambie la suya, porque no se trata simplemente de tener la razón para ser el mejor. Defender tu opinión con respeto, implica aceptar que la otra persona tiene sus propios motivos para pensar como piensa, y que aunque no estés de acuerdo, eres capaz de entenderlo.
Cada opinión, por diferente que sea, tiene algo de veracidad detrás, tiene una historia y un contexto, que solo es capaz de entenderlo 100% quien así lo piensa.
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