1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.
LA Fe, es creer firmemente en algo, es creer con fuerza, con determinación y esa fuerza a la vez genera un poder incalculable, para alcanzar lo que quieres. Tener fe es tener la determinación de alcanzar lo que se quiere. Una fe verdadera es una fuerza de creer incalculable y esa fuerza genera el poder necesario para no desfallecer ante los obstáculos.
El Poder de la FE mueve montañas y consiste en una creencia firme y determinante que, es como se menciona arriba, una de las cosas que más agrada a Dios, porque tener fe significa creerle a Dios muy por encima de las circunstancias. La falta de fe se da cuando pensamos que el milagro que esperamos depende de nuestras fuerzas y no del poder de Dios.
La fe se convierte entonces en un acto de sumisión, adoración y dependencia de Dios, al ratificar con ella que le creemos y que confiamos totalmente en Él. Hebreos 11:6 dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.
