Explosión nuclear en Chernóbil, muerte, cáncer y malformaciones
Eran las de la 1:23 de la madrugada de un 26 de abril de año 1986, cuando una sacudida parecida a un terremoto estremeció el norte de Ucrania.
Fue cuando el reactor numero 4 de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, a 18 km de la ciudad de Chernóbil, explotó, debido a que se aceptó realizar un experimento para constatar la capacidad del turbogenerador , esto requería reducir la potencia, lo cual produjo que se acumulara yodo radiactivo debajo del reactor, desencadenando una serie de desequilibrios. Estos produjeron el sobrecalentamiento descontrolado del núcleo con explosiones sucesivas que volaron la tapa de 1200 toneladas , acompañado de un incendio generalizado, expulsaron grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, creando una nube tóxica que alcanzó a Europa y América del Norte.
Vladímir Evdóchenko superviviente de la tragedia era un operario en la planta, casualmente estaba de turno al momento de la tragedia,en ese entonces tenía 33 años de edad. Como acostumbraba cada día tomó el autobús que lo recogía a su casa, en Chernóbil, y lo llevaba a su puesto su puesto de trabajo con sus compañeros. Relata que al momento de la tragedia «Todo tembló, como un terremoto. Abrí la puerta y miré hacia el reactor número 4, a unos 50 metros, y vi que allí no había luz y del techo caían gotas de agua, había vapor». Entre tanto un ingeniero les notifica que hubo un accidente, le solicitan ir al reactor 4 en busca de Valeri Jodemchuk, lo cual le fue imposible ya que el camino solo tenía restos de la explosión, él fue el primero en morir y su cuerpo nunca fue encontrado. Se levantó una lápida y una placa en su memoria.
Los indicaron a los trabajadores que tomaran pastillas de yodo para protegerse, las cuales no tenían disponibles, así que decidieron verter un poco de yodo de los botiquines de primeros auxilios en unos vasos con agua, casa que según Vladímir afirma «Era un líquido horrible, pero nos lo bebimos, y quizás por eso durante 20 años no he tenido problemas con el tiroides, solo recientemente han empezado». Esa misma los desalojaron a sus casas.
El operador al llegar a casa se bañó y cambió de ropa en el jardín con el propósito de proteger a sus hijos pequeños, advirtió a sus vecinos que no sacaran a sus niños a la calle. Pero fue hasta el día 5 de mayo de mismo año que procedieron a realizar el desalojo de la población. Intentó volver a trabajar en el trascurso de esos días, pero no se lo permitieron ya que su cuerpo tenía niveles de radiación de 150 roentgen, cuando lo aceptable es de 5, con el pasar de los años le dieron incapacidad laboral.
12.000 era el numero de la población de Chernóbil, los cuales pasaron 9 días expuestos a la radiación.
Debilidad, fatiga, desmayo, confusión, hemorragia por la nariz, la boca, las encías y el recto, quemaduras o úlceras abiertas en la piel, muda de piel, deshidratación,diarrea, heces con sangre,fiebre, pérdida del cabello, náuseas y vómitos, incluyendo vómitos con sangre, son algunos de los síntomas que tuvieron que padecer estas personas debido a la exposición.
El desalojo fue repentino y obligatorio, dejaron todo atrás, sus pertenencias y recuerdos, las casas quedaron lista para el regreso de sus familias, las cuales jamás pudieron volver, algunas murieron, otras desarrollaron cáncer o enfermedades que trasmitieron a sus hijos, niños con malformaciones fueron parte del resultado. Los animales fueron eliminados para evitar la propagación.
Hoy en día después de tantos años hay zonas seguras de radiación, pero el mundo no volvió a ser e mismo.