1917: el viaje por la salvación a través del infierno (review)

image.png

Habrá Spoilers de 1917.
Todas las imágenes utilizadas en el post son pertenecientes a la película.

Hay personas que dicen que no importa cuántas veces se cuente una historia sino que lo importante es cómo esa historia sea contada. Y es cierto, después de todo en los últimos años en el cine de Hollywood ha habido un sobre explotación del tropo del viaje del héroe ya sea en los personajes de Marvel y de DC, o de alguna novela de fantasía que se adapte a la gran pantalla sin mencionar la tendencia por los remakes y los reboots de distintas historias.

Un tópico bastante explorado en el cine son las historias de la guerra—casi cualquier guerra, en especial las del siglo XX— y existen grandes exponentes que son clásicos como «Senderos de gloria» (primer guerra mundial) del inmortal Stanley Kubrick y «Salvando al soldado Ryan» (segunda guerra mundial) de Steven Spielberg, llegó a la gran pantalla en el año 2019 «1917» de Sam Mendes, una película que pretende sumergir al espectador en las profundidades del horror de la primera guerra mundial.

La premisa es sencilla: Blake, un soldado más del montón por casualidad del destino o por una broma de los altos mandos recibe la misiva de llevarle un mensaje al coronel Mckenzie para que así evite llevar a un pelotón de 1600 hombres a una trampa de los alemanes. Entre esos 1600 hombres se encuentra su hermano mayor. Blake para tal misión escoge a su mejor amigo, Scofield.

image.png

1917 arranca con un plano detalle de los dos protagonistas descansado u holgazaneando alrededor de un árbol en un campo de trigo con colores cálidos y con la imagen mostrando algo que hará falta en buena parte de la película: espacio. Cuando comienza el plano secuencia, Mendes nos hace sentir atrapados dentro de la trinchera y ese sentimiento a su vez nos lleva tanto a sentir angustia como indefensión. Esto es intencionado pues en la guerra el ritmo de na vida de los soldados se ve marcado por las órdenes de fuerzas superiores de cualquier bando.
Vemos a Blake y a Scofield de frente todo el camino a través de la trinchera en una secuencia larga donde la trinchera parece hacerse infinita y el camino más angosto. De pronto salen de ella y el espacio crece pero ya no son los tonos cálidos de los campos de trigo del primer minuto, ahora es un verde grisáceo triste y pútrido el que se impone sobre la imagen como lo ha hecho la ominosa sombra de la primera guerra mundial.

Ambos protagonistas a pesar de tener una gran camaradería son muy distintos entre sí y no comparten los mismos valores. Blake es un muchacho idealista y amable, cree que las medallas tienen valor y que es imprescindible tenerlas y enviarlas a su familia tras su muerte en combate; Blake también es muy abierto sobre su vida y sus emociones. Scofield por su parte es callado y reservado; de hecho ni a nosotros los espectadores nos dirá su nombre hasta casi el final de la película, y que no tiene miedo de decirle a Blake que cambió una medalla de su propiedad a un soldado francés porque tenía sed. Tampoco habla de su familia y da a entender que no tiene a dónde regresar después de la guerra. Aquí es donde Scofield comenzará sin saberlo su viaje para encontrarse a sí mismo y su lugar en el mundo mientras salva a un batallón de soldados como si fuera una especie de Dante guiado a través de los primeros círculos del infierno por una suerte de Virgilio en su amigo Blake.

Scofield es el primero en recibir una herida: en su mano con alambre de púas y luego, por error metiendo esa misma mano entre el estómago abierto del cadáver de otro soldado. Scofield ha ingresado al infierno y su cuerpo recibe los primeros castigos. Más adelante se encuentran con la trinchera enemiga, abandonada ya por los alemanes, Blake y Scholfield deben atravesarla para llegar a su destino, con miedo y decisión lo hacen hasta unas barracas donde son asustados por una rata hambrienta que por desgracia activa el c4 haciendo que las bombas estallen y la caverna comience a caerse encima. Scofield fue sepultado por los escombros como un segundo castigo del infierno pero es salvado por Blake; sin poder recuperarse y ciego por culpa del polvo, es guiado por su camarada a través de la obscuridad y confiando en él logran salir hasta la luz.

El escenario cambia y lo que era el color de la muerte se torna en un color verde lleno de vida, sin embargo, desolado. Entran a las ruinas de una enorme casona donde aún hay unas vacas pero ni una sola persona a la vista. Scofield consigue leche fresca en una cubeta y bebe varias veces de ella, después de todo desde antes de emprender su viaje no habían comido ni tocado sus provisiones. Llena su cantimplora con la leche fresca de la vaca sin saber que esto más adelante será significativa para conseguir una suerte de bendición cuando se adentre más en el infierno.

image.png

Hay tres avionetas combatiendo cerca del establo, dos aliadas y una alemana, esta es derribada y cae cerca de nuestros protagonistas que logran esquivar, y Blake decide ayudar al soldado alemán herido antes de que lo consuman las llamas. Aquí ocurre la primera gran tragedia: Scofield busca agua mientras que Blake es apuñalado en el estómago por el alemán en un cuadro en donde ni Scofield ni nosotros podemos hacer otra cosa que ver cómo suceden las cosas; Scofield mata al soldado y sale a ayudar su amigo. La herida es grave y nada se puede hacer. La muerte de Blake es triste, la actuación la lleva a lo doloroso, a la negación y al miedo. Minutos antes Scofield increpaba a Blake por haberlo elegido para esa maldita misión, ahora Blake muere en sus brazos mientras sostiene una foto de su familia. Scofield toma las pertenencias de su camarada caído y decide algo para sí, algo más personal que sólo entregar una carta al coronel Mckenzie y es ver al hermano de Blake.

Sin darnos tiempo tanto al protagonista como a nosotros llegan unos soldados aliados que oyendo la misión de Scofield deciden llevarlo sobre un camión. Scofield ni nosotros tenemos tiempo de soltar una lágrima por Blake, somos junto al soldado víctimas de un ritmo frenético y ajeno a nosotros que no podemos cambiar, así que su dolor es ahogado por los chistes y bromas de los militares dentro del camión.

Scofield ahora se halla solo y debe cruzar un puente derrumbado que lo llevará hasta la ciudad que debe atravesar para llegar hasta el batallón que debe salvar cuando es interceptado por disparos enemigos de un francotirador que logra esquivar hasta hallarlo en un edificio. Esta escena marca el final del plano secuencia y la entrada a lo más profundo del infierno: Scofield mata al soldado y cae de la escalera rompiéndose la cabeza y cayendo inconsciente, la imagen corta a negro y cae la noche.
Creemos que el protagonista ha muerto. La música, color y narrativa de la película cambiarán para siempre luego de esta escena.

image.png

La escena de la ciudad nocturna consumida por el fuego es la más extraordinaria de toda la película, creo que eso no tiene discusión y su genialidad radica precisamente en que marca el nuevo ritmo narrativo y la intensidad que tendrán el segundo y tercer acto. Las ruinas de la ciudad sumida en la obscuridad de la noche sólo es iluminada por el fuego del infierno en que la guerra la ha transformado. Lo primero que vemos es la sombra de una fuente que forma la imagen de una cruz en su cima. Nada de lo que vemos parece de este mundo. Sale un soldado alemán entre la obscuridad disparando frenéticamente contra el protagonista como un demonio colérico buscando atrapar su alma. Scofield escapa a través de una rendija y se encuentra con una mujer francesa que está criando a un bebé que ha salvado de la guerra y que nos cuenta que no es suyo. Esto trae consigo a la imagen de la virgen María y por lo tanto una imagen de fe, salvación y de esperanza. Scofield les entrega la leche que había guardado para sí hace tan sólo unas horas junto a todas sus demás provisiones. Luego de este acto desinteresado de caridad suenan unas campanas. La ofrenda al niño Dios y a la virgen le han concebido la salvación. Scofield escapa del infierno esquivando los disparos de los soldados alemanes y lanzándose a las aguas de un río que lo arrastran hasta el amanecer a una orilla repleta de cadáveres que debe trepar para salir y, en la orilla se encuentra con unos cerezos como de los que hablaba Blake. Por primera vez en toda la película nuestro protagonista se detiene un momento junto a la cámara y llora. Por primera vez se abre a nosotros y libera una parte de toda la tensión causada en el primer acto de la película pero es interrumpido por una voz angelical que canta un góspel a lo lejos.

image.png

La voz lo guía hasta un pelotón de soldados que escuchan a uno sólo cantar una canción sobre la familia. Scofield que poco o nada le importaba su familia de la cual no hablaba al inicio de la película yace ahí sentado escuchando la canción causando en él quizá, un cambio en su corazón. Habla con un cabo que se interesa en él y se entera que este era el pelotón que estaba buscando y que aún podría tener chance de salvarlos, sólo debía encontrar al coronel Mckenzie pues las órdenes de atacar a los alemanes ya estaban dadas, para ello debe adentrarse en la nueva trinchera peleando con cada uno de los soldados para abrirse paso hasta el mentado coronel quien lo recibe incrédulo y de forma grosera.

Scofield se impone sin perder la compostura ni el respeto ante su superior, entrega la misiva y este detiene el ataque sin darle gracias a Scofield quien no le da ninguna importancia objetiva pues tiene un deber moral que cumplir con su camarada caído: debe hallar al hermano de Blake, para avisarle de su muerte y entregarle sus pertenencias.

Luego de hacerlo y de recibir las gracias por parte de este, un árbol se impone ante la cámara junto a un campo de trigo. Scofield se dirige hacia el árbol y se sienta a descansar mientras sostiene una carta de su familia con un mensaje que dice «vuelve a casa».

1917 termina con la imagen con la que comenzó, sólo que esta vez con Scofield sólo y habiendo podido realizar luego de su viaje y a través de la familia de Blake y de la salvación simbólica en la ciudad infernal que aún tiene un hogar al cual volver.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center