Señor Jesús, el café de este 20 de septiembre tiene una nota muy significativa de compromiso con la vida joven. La vida que se entrega, la de todos los que la han dado de distintas formas, por alcanzar un sueño, por la justicia, la libertad...
Para poder disfrutar de una tierra y un cielo nuevos donde brillen el sol y las estrellas y puedan volar libres y sin amenazas los papagayos de sueños y esperanzas.
Hace 12 años, una hermosa semilla con apenas 19 años, se sembró en nuestra tierra y en el Instituto Universitario Jesús Obrero de Fe y Alegría de Barquisimeto: Ángela Rico, el ángel que nos cuida y acompaña, que impulsa cada mañana la tarea de cada jornada. Como buena educadora va guiando y enseñando que la vida es frágil y fuerte como la fe de sus padres. Testimonios de confianza en ti el Dios de la vida...
Qué breve fue tu paso entre nosotros y que profunda tu huella que se hace imborrable. Gracias, por tu sencillez, ternura y transparencia. Sigues presente y hoy ante tu recuerdo nos comprometemos a seguir con la misión de educar, de formar la generación de relevo.
Necesitamos fuerza y coraje para afrontar esta hora de nuestra historia. Contigo Jesús y con nuestra juventud lo lograremos, seremos capaces de responder a los retos que se nos presentan.
Contigo y los compañeros de misión comprometidos en el proyecto, le seguimos apostando a la transformación de la persona y de la sociedad. Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
PD: Ángela, eres un fruto eterno que no morirá...