Guadalupe, la niña que nació para sufrir. Micro relato.

Pudo haber sido engendrada con otra suerte, pero a Guadalupe le tocaría nacer con el destino incierto. Fue la quinta hembra en parir aquel vientre; vientre que expulsaba las crías como quien las rechaza, con un sólo pujo, como a quien no le duele nada. Fue la quinta niña en abrir los ojos al mundo aquella tarde de lluvia en algún hospital de un país que se derrumba a pedazos. Pero Guadalupe parecía saber que era mejor no llorar, conformarse con acurrucarse en aquel pedazo de tela vieja y sucia, era la mejor opción, para los que vienen con su suerte. Dios, desde su misericordia llenaba aquellos senos de tanta leche, que por alivio llenaban los pequeños estómagos inocentes. Siete hasta ese momento. Por ser la ultima, Guadalupe era tomada entre los brazos de sus traviesos hermanos, que la criarían sin pensarlo, sin saber que lo hacían. Bajo aquel techo los años pasaban de prisa; no había tiempo de verlos transcurrir en paz, sin nuevos llantos que salían de aquellas entrañas, y de otra, y otra, y otra...Fue así como llegó a los nueve años. Los suficientes para criar a los próximos, los suficientes para perder la inocencia... ¡El alimento tiene que seguir llegando a casa Guadalupe! Habían muchas bocas que alimentar. Había que comenzar a conocer su destino...

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