Como budista y como Yogui trato de ser fiel a los basamentos de estas prácticas que han transformado mi vida, pero soy solo un grano de arena en un enorme mar, y la ola que comercializa estas doctrinas es enorme. Tanto que hasta yo me veo arrastrado por ella. Durante los últimos años el mundo ha experimentado una mayor relación ínter-cultural. Por lo que no es primicia el avance y cada vez mayor presencia de las culturas orientales en occidente. No solo con la afluencia de inmigrantes o las relaciones comerciales, sino también en materia religiosa. Aunque realmente la mayoría de las religiones asiáticas sean consideradas por sus practicantes como filosofías de vida.
Variación de Diosa con Prapadasana.
Pese a que las culturas occidentales, especialmente las expuestas a las consecuencias trans-culturales de la colonización, poseen una muy arraigada influencia de las religiones judío-cristianas, por su parte, religiones hindúes, chinas, tibetanas y japonesas se abren paso en América y Europa.
Con una gran carga de espiritualidad y una concepción del mundo muy distinta a las ideas occidentales, éstas nuevas doctrinas (nuevas para el nuevo mundo) se podrían haber convertido en una moda.
Tanto conceptualmente como geográficamente se han alejado de sus orígenes, y han emigrado a tierras extrañas para reinventarse. En América, el hinduismo, el budismo, el yoga, el reiki y el feng shui, se practican constantemente como medio de "recreación".
Tal vez existan quienes sean leales, aun en occidente, a las bases de dichas prácticas ancestrales, pero, como pasa con cualquier buen producto al masificarse, éste pierde su espíritu o aquello que en un principio llegó a atraer a muchos.
en su gran viaje continental,
la espiritualidad
perdió su espíritu.
Tal vez sea que, en América, debido a la tradición cambiante del joven continente, la llegada y el arraigo de las nuevas costumbres y culturas se dé de manera más fácil y rápida que en el resto del mundo.
Lo cierto es que aquí están, han llegado a occidente y llegaron para quedarse. Porque cada vez son más las personas que practican los nuevos métodos de encuentro espiritual, y como con cada cambio, habrá que sacar lo mejor de ellos, ya sea una nueva práctica deportiva, la clave para una vida más longeva y saludable, o un nuevo modo de esparcimiento.
Por otra parte, para dichas tradiciones, el entrar en nuevos ámbitos es un beneficio que están dispuestos a adquirir bajo un leve cambio en su doctrina, porque la cultura es lo que se hace y si somos seres cambiantes, el cambio en estas tradiciones, filosofías o religiones es inevitable si desean perdurar en el tiempo. Porque verdaderamente, dichas prácticas son aún más antiguas que nuestra historia escrita y por algo han perdurado.