Hace ya varios meses tuve la oportunidad de tomar la medicina Jurema (Mimosa Tenuiflora) de la mano de un gran maestro y canal de sanación, su nombre es Swami Shyamanand Saraswati, un Sadhu (un monje que sigue el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación) un renunciante y también es un chaman (suena curioso, pero si, es un sadhu y un chaman) ademas de ser un monje también hizo estudio de las medicinas chamanicas a lo largo de su trayecto como caminante de las medicinas ancestrales.
Durante mas de diez años ha estudiado la Mimosa Tenuiflora (también conocida como Jurema o Tepezcohuite) sirviendo de herramienta y convirtiéndose en un canal de sanación para quienes han tenido la oportunidad de compartir con el.
Recuerdo la primera vez que asistí a su morada, en la Cumaca, Valencia, estado Carabobo, llegué al Ashram de la Madre Divina, una pequeña casita, humilde y bastante acogedora, en esa oportunidad la invitación me la hizo un amigo, todos me habían hablado bien de "El Swami" y realmente sentía muchísima curiosidad por conocerlo, tanto el como sus discípulos me recibieron con todo el amor del mundo desde el primer momento, como que si me conocieran de toda la vida, lo mas cercano a la celebración de un "reencuentro".
Transcurrió el día, llego la noche, es la hora de la ceremonia...
Tengo un poco de expectativa, es la primera vez tomando Jurema... para comenzar, un poco de Caapi (Banisteriopsis caapi, también ingrediente de la medicina Ayahuasca, sin este la medicina no tiene efecto )-Guru ji pregunta a los minutos... ¿Ya sienten el Caapi?
(Cuando se toma Caapi, se experimenta como una especie de adormecimiento a nivel físico.)
-Comienza a dar la medicina, una pequeña cantidad, en un vasito, repartiendo a cada uno... a los minutos comienza el proceso, tengo frió, pero no estoy seguro si son ideas mías o es producto de la medicina, una energía comienza a fluir y a colorear el Ashram, ciertamente todo lo que observo esta vivo, en plena vibración, mi cuerpo entra en otra frecuencia pero en cierto punto, se me presentan cosas, cosas de mi que me aturden, siento mi rostro húmedo y me doy cuenta que estoy llorando, algo dentro de mi esta aflorando, estoy ahí enfrentándome a mis demonios, mis miedos... y llega la visión.
-En ese momento Guru Ji toma su guitarra y comienza a tocar una tranquila melodía, acompañado del angelical canto de Swami Lakshmi (una de sus discípulos) y la mágica vibración de su tambor, que me calma y que sin palabras me dice que no estoy solo en ese momento, me siento seguro y comprendo que realmente hay personas, canales de sanación que a través de herramientas como la música y la combinación de las medicinas ancestrales tienen la capacidad de encaminar a alguien para recordar y reencontrarse.
-Me siento tranquilo, no solo me siento tranquilo, estoy aquí, riéndome con todos ellos, entendiendo que realmente se trata de un reencuentro y a la vez comprendiendo que no existe ninguna revelación mística, mas que uno mismo, ningún maestro te enseña nada, tu eres tu propio maestro y que solo hay un camino, ese camino es el amor...
-Transcurre la noche entre hermosas melodías, el sonido de la naturaleza, sale el sol, pero hay una diferencia, la vida tiene un color mas vivo, exactamente ese color que nos hace ver la vida con los ojos de un niño, incluso me pregunto a mi mismo, ¿en que momento olvide este bonito color? es tan simple ser feliz... Gracias Dios... gracias Madre Tierra...