Ella encontró la luna en sus labios, el vio las estrellas en sus ojos. Juntos experimentaron una conexión cósmica fuera de este planeta que los hizo sentir emociones de otro mundo.
Piel de mujer que al tacto era el sol en sus manos, en la calidez de la desnudez se estremecía con el roce de la piel de aquella luna que llegó a iluminar su universo para perderse entre sensaciones cósmicas y memorias que solo el sol y la luna recordarían por siempre.
Ella será el rayito de sol que ilumine su mirada en las mañanas mientras tome su taza de café en esa nueva tierra inexplorada, mientras que el será la luna que de cobijo a su alma en la fría noche al suspirar pensando en volver a perderse en esos ojos llenos de estrellas y en esos labios de sol.
Sin darse cuenta, tanto la luna como el sol, estarán paseando en busca uno del otro hasta que se reencuentren en ese eclipse total de amor y se abriguen y embriaguen entre besos y caricias.
De una tierra explorada hasta tu tierra inexplorada, el sol espera impacientemente por un abrazo de Luna que acobije los corazones que hoy se extrañan y se sueñan.