Siguiendo con mi tema arquitectónico de los templos, conventos e iglesias de mi hermosa ciudad de Puebla, hoy les traigo éste: El del convento de San Jerónimo.
Como siempre, hay discrepancias en cuanto a la fecha real de su construcción y de sus fundadores, pero todo indica que fue al rededor de 1585 que se empezó a construir en un espacio que había sido donado por un sacerdote: Jerónimo de Santander pero quien realmente lo fundó fue un capitán de nombre Juan García Barranco que terminó de construirlo por ahí del 1635.
Décadas después se le fueron anexando construcciones como las bóvedas y posteriormente los adornos, altares y el resto de la decoración.
Esta iglesia consta de una sola nave, no tiene la cruz típica de la mayoría de construcciones religiosas de esta época. Su arquitectura es más bien popular con adornos y acentos característicos de las iglesias conventuales de monjas.
Por dentro es más bien de un estilo neoclásico con muchísima decoración, que yo en lo particular siento hasta recargada a comparación de la sencillez de su exterior.
En el altar se encuentra el santo patrono: San Jerónimo y a los lados sus discípulas Santa Paula y su hija Santa Eustoquia.
Tiene una tribuna enrejada en cada muro que se encuentra al lado del altar. Las monjas y niñas del colegio, por ahí escuchaban la misa.
Las celosías de la parte de los coros tanto el alto como el bajo, son de de hierro y también son originales de aquella época al igual que la pintura al óleo que se encuentra en la parte superior que representa a las monjas fundadoras.
Como dato curioso tenemos que, en el siglo XVIII las autoridades de este convento, llamaron al Médico Pedro de Horta, y lo comisionaron para realizar estudios a algunas monjas de este convenio pues padecían de ataques epilépticos con cierta regularidad. Los resultados de estos estudios se convirtieron en el primer manual de tratamiento científico para esta enfermedad y que combina estudios científicos con contenido religioso.
Saludos a todos y hasta la próxima!