Sé que el título es algo largo , pero me pareció apropiado. La acción de pensar, para la política de los tiranos es una esquirla incrustada en el difuso cuerpo de la humanidad a la que quiere deshumanizar, y desintegrar, acabando con el yo , el individuo, y por ende, al pensador, a través de las más abyectas estratagemas. Una de las estrategias más utilizadas es la del dominio por medio del estómago y la propaganda. ¿Por qué el estómago? porque es allí donde se origina la necesidad más básica de la subsistencia, y si no tienes un estómago lleno, o al menos bien alimentado no podrás dar uso al cerebro, la parte más importante importante de nuestro cuerpo. ¿A quién le conviene el hambre de un pueblo? Por supuesto que a un demócrata no, ni a un liberal, ni a un republicano, pero, sí a un dictador. Muchas veces me han preguntado ¿qué le puede dar fin a una dictadura? La respuesta es sencilla: la ética ,en todo el sentido de la palabra. La decadencia de una sociedad es propicia para el mantenimiento de un régimen. Esto yo lo llamaría la política del pillaje. A las sociedades corrompidas primero hay que curarlas ¿qué cómo se logra eso? ése es el plan que tenemos que elaborar, pero, si quieren mi opinión se las doy en dos palabras claves: organización comunitaria, en lo económico , lo cultural y científico, y, lo más importante, lo espiritual.
Bueno, ya aclare el asunto del estómago, ahora vamos con lo que respecta a la propaganda. Amigos (as) la mejor forma de combatir esto, es estar simplemente conscientes de cuando se nos quiere manipular, y una de las mejores formas de percibir es observar, por ejemplo: el uso indiscriminado de los medios, los gastos excesivos del estado o el privado, en la propaganda son signos fehacientes de que algo anda mal.
El dictador primero debilita al ciudadano y después lo inocula con la propaganda. No es que le niega del todo los alimentos pero, lo que si hacen es una especie de embudo, y el embudo son ellos. Un solitario embaucador , es éso, lo que es una dictadura en el mundo de hoy.