Recuerdo los tiempos de mi juventud, aquellos bonitos del liceo, viviendo en la casa donde nací y crecí junto a mis padres y hermanos, en el seno de un hogar muy humilde, pero donde brotaba el amor, como la miel de los panales. Una niñez hermosa, sana, con valores, respeto y siempre ellos se esmeraron por darnos una excelente educación.
Las reglas de comportamientos dentro y fuera de la casa se basaban en el amor, fraternidad y el respeto, como por ejemplo:
- La hora de comida se respetaba
- No hablar cuando los mayores están hablando
- Avisar para donde y con quien ibas a salir
- Respetar a todas las personas y más a los mayores
- No tomar nada que no sea de tu propiedad
- Todos los días te revisaban las tareas
Entre otras
Nunca vi a mis padres discutiendo y menos maltratar a mis hermanos ni a mí, cuando alguno de nosotros, éramos reprendidos, nos llamaban muy aparte y con voz firme nos acentuaba el error cometido, con la finalidad de que no se volviera a repetir.
Cuantas veces en el liceo compañeros o amigos nos decían: “sometidos” porque no podía ir sin autorización a una matiné o a un centro comercial a pasear y ver vidrieras, claro, en esa época no había la facilidad de los teléfonos celulares, Internet, wifi o mensajes de texto para pedir permiso, todo era presencial y lo más seguro era que te dijeran que "NO"
Quiero muy respetuosamente enumerar algunos problemas graves que observo, casi a diario en la sociedad actual:
Delincuencia:
vemos diariamente en la prensa con mucha tristeza y asombro, como niños entre 16 y 23 años de edad encabezan las cifras de muerte por armas de fuego, miembros de bandas delictivas o que encarcelados en centros de rehabilitación donde sabemos que lo menos que vas a salir es rehabilitados.
El embarazo precoz:
Un grave y lamentable problema de la actualidad, como niñas pasean con sus chemises azules o beige sus barrigas o llevan sus hijos a los liceos, en pocas palabras, niñas que deberían estar siendo educadas, en menos de 09 meses, estarán educando a sus propios hijos.
FUGA DE TALENTO:
Otro factor importante que nos va a perjudicar en un futuro, si la situación de mi querida Venezuela no mejora, es la diáspora de esa juventud trabajadora, esos talentos que se están marchando a otros países buscando una mejor calidad de vida, esos profesionales que con tanto esfuerzo lograron obtener un título universitario o técnico.
No les voy a mentir, diciendo que en mi juventud no había delincuencia, drogas, ladrones, etc. Claro que había, pero no a niveles astronómicos como en la actualidad. Mi pregunta es: ¿en qué fallamos? ¿Cuál fue el error? ¿En qué momento de la vida nos equivocamos? ¿Quién fue el culpable?
Nosotros, muchos de mi generación fuimos los culpables, ya que dejamos de obedecer a nuestros padres, para obedecer a nuestros hijos, no les inculcamos valores, ejemplo respeto, amor y en muchas oportunidades dejamos que el televisor y la mala tecnología los educara.
No la tenemos fácil, pero doy gracias a Dios, ya que estoy convencido que la mayoría de nuestros jóvenes son brillantes e inteligentes y que con su ideas e innovación ayudan y hacen del mundo un lugar mejor y que con mucha sabiduría enmendara los errores cometidos por nosotros.