Saludos fraternos amigos, aquí me tienen nuevamente a fin de exponerles un nuevo tema, que a la gran mayoría de nosotros los que formamos parte del recurso humano de algún ministerio empresarial nos incumbe directamente, pues se trata de nuestro sueldo, que ganamos para poder sostenernos dentro de la parcela social que seleccionamos para subsistir. A ese sueldo le han adosado un valor agregado como forma de compensar sus debilidades en el mundo empresarial, a ese valor agregado se le llama salario emocional, veamos de qué se trata y cuales son las expectativas que cubre tal ofrecimiento.
Una de las preocupaciones que ha mantenido en alerta a las empresas que tienen en su haber un catálogo diverso en sus nóminas de talento humano, es ver cómo hacer para garantizar la estabilidad, del edificio donde cohabita su masa laboral, a fin de que no sienta el impulso de desertar, y migrar hacia otro patrono que le prometa una oferta laboral más atractiva.
Surge así, como estrategia de mercadeo, el concepto de Salario emocional, que es la forma que han encontrado las empresas de retribuir el esfuerzo de sus trabajadores con compensaciones extra salariales, pues el salario en sí, es su paga por la puesta en marcha de su talento en el trabajo realizado, de modo que, el salario no es una ganancia, y, no se puede incentivar con un aumento de sueldo, que si bien funciona como una palmada sobre el hombro, no deja de ser la paga por el servicio prestado ante una mejora notable de sus esfuerzos.
Entonces los estrategas en mercadeo y relaciones laborales, en un intento por crear la conciliación laboral entre patrono y empleado, ha recurrido a esta maniobra, para lo cual ha agendado las compensaciones salariales, que si bien no es la más idónea desde mi perspectiva personal, ha dado buenos resultados dentro de la dimensión humana trabajadora, o por lo menos le crea la ilusión de que su esfuerzo valió sus frutos .
Entre las compensaciones creadas para tal retribución, han surgido los bonos compensatorios de vacaciones, los aguinaldos, las evaluaciones del rendimiento del trabajador por escalafones, las cuales han creado juegos jerárquicos y situaciones competitivas dentro del personal que se prestan al servilismo y a la sumisión con tal de cobrar su propina.
En consecuencia, pienso que la aplicación de dicho concepto se ha viciado al desvirtuar el verdadero sentido de lo que significa premiar tu esfuerzo y es aquí donde introduzco el término Efecto Placebo del mencionado valor agregado, pues desvirtúa la acción de la estrategia. Por otro lado, el empleado o trabajador, se la pasa soñando con la llegada de esos bonos compensatorios, pensando ilusoriamente que cuando les sea cancelado ese salario extra, se le van a terminar sus problemas económicos, y tiende a endeudarse y a gastar más de lo que gana, porque cuando le llegue su pago "extra", podrá cancelar sus deudas contraídas fuera del presupuesto, sin percatarse del cobro de impuestos, lo cual implica una retención y ajuste importante de sus remuneraciones.
En mi experiencia personal, soy docente jubilada en el área de educación especial, en Venezuela, pero actualmente resido en Chile, por las razones (económicas, políticas en fin, por las múltiples razones que padece mi país ahora y que nos obligan a emigrar) que han motivado, tanto a mi, como a millones de compatriotas a abandonar el suelo natal.
Durante mis 30 años de servicio en el ejercicio docente, observaba a mis colegas como se emocionaban con la llegada de sus compensaciones salariales, los escuchaba haciendo planes, amasando el producto de su esfuerzo de todo un año de trabajo y modelando sus planes vacacionales en la isla de la fantasía, gastando el dinero antes de recibirlo.
En lo particular, cuando recibía esos abonos extras en mi cuenta bancaria, trataba de no alborotarme mucho, aunque ya mis hijos tenían su larga lista de peticiones,trazaba un presupuesto con miras a una inversión segura, en beneficio del patrimonio familiar, como remodelar la casa, optimizar las funciones del automóvil, atender algún pendiente médico, o afinar detalles que mejoren el recinto familiar,o destinar el dinero extra recibido, en alguna inversión relevante con miras a multiplicar esos dividendos. Por supuesto,para los regalos de los chicos siempre había una partida disponible.
En tal sentido, para evitar ese efecto placebo que nos produce la llegada del del aclamado salario emocional, cuyos efectos nos ofrecen un espejismo en medio del desierto financiero, en cuyas arenas movedizas nos auxiliamos, a la espera de que ese incentivo sea nuestra tabla de salvación, vale mejor trazarse un plan de inversión a corto, mediano o largo plazo, dependiendo del grosor de tu cartera y darle una mejor vida a tus ahorros y evitar ser presa fácil de esas ingenuas convicciones.
La que mejor se ajuste a tus necesidades y aspiraciones, debes advertir que cada una presenta cierto margen de riesgo con sus ventajas y desventajas. Es aconsejable hacer una investigación exhaustiva y evalúa las opciones que mejor se adapten al negocio de tus sueños.
Para ir sobre seguro, es mejor acercarse a alguien experimentado en asuntos financieros y solicitarle y destinar el valor ideal para una inversión más segura.
La cultura del ahorro se crea, pues produce un efecto boomerang, que retribuye a tu pequeña economía, un capital crecido, lo que se traduce en un incentivo para incrementar tus ingresos.*
Con la llegada del incentivo emocional, llegan también las oportunidades para invertir, pues es un dinero que no está previsto en tus ganancias, por lo que es mejor que vayas pensando en invertirlo sabiamente, no necesariamente tiene que ser en negocios de gran envergadura, que impliquen la presencia de fiadores y demás, sino en algo sencillo como invertir en cargadores para celulares, o quizás vender ricos postres caseros,por ejemplo, y darle una extensión a tus ahorros, en lugar de gastarlos en cosas superfluas.
Finalmente amigos, valoremos el fruto de nuestro esfuerzo, pensando en nuestro bienestar para la posteridad, en el que sentiremos la satisfacción de ver crecer nuestros ingresos dando sus frutos y no sentir el amargo sabor de haberlo gastado en un instante efímero y volátil
Gracias amigos por leerme, espero le haya gustado mi artículo y no olviden dejar sus aportaciones con respeto y cordialidad. Le mando un abrazo enorme.