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1)El hombre radioactivo.
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Shevchenko nació en Dvirkivschyna, en la actual Ucrania. Lo curioso es que esta ciudad se encontraba a escasos 50 kilómetros de la planta nuclear de Chernobyl. Cuando se produjo el accidente nuclear en 1985 Shevchenko tenía 9 años y tanto él como su familia se vieron obligados a evacuar la zona para evitar ser alcanzados por la lluvia radioactiva.
2)Era boxeador de niño.
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Durante su infancia Shevchenko practicó boxeo e incluso llegó a tener peleas en la liga junior de boxeo de Ucrania. Sin embargo como no era tan grande ni tan fuerte, su físico hizo que abandonara el boxeo y se terminara decantando por el fútbol. Tal parece que no se equivocó.
3)El nacimiento de “ShevaGol”.
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Desde sus inicios, “Sheva” demostró ser un jugador hecho para grandes momentos. En la temporada 1997/1998, marcó 33 goles en 41 partidos en el Dinamo Kiev con tan sólo 21 añitos. 3 de ellos llegaron en una “noche mágica” de Champions en Camp Nou. Esa noche el Dinamo vapuleó 0-4 al Barcelona y Shevchenko marcó un hat-trick en 3 minutos. Igual de importante fue su doblete contra el Real Madrid en los 4tos de final de la Champions 1998-1999, el cual llevó al Dinamo a las semifinales y el ucraniano fue reconocido como el mejor delantero de esa Champions. El nombre de Shevchenko ya daba la vuelta al mundo y la Liga de Ucrania le estaba quedando pequeña.
4)Leyenda rossonera.
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Shevchenko llegó al AC Milan a cambio de 25 millones de euros y terminaría convirtiéndose un uno de los mejores jugadores de la historia del club. Ganó todo a nivel individual y de clubes con el equipo milanista, hasta el punto de convertirse en el 2do máximo goleador de la institución con 175 goles.
5)Héroe y villano en la Champions.
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El ucraniano tocó el cielo y el infierno en la máxima competición de clubes del mundo. En la final de 2003 fue el encargado de marcar el penal decisivo en la tanda vs Juventus ante el mismísimo Buffon. Esa noche Sheva y el Milan alcanzaron la gloria europea. Sin embargo, la historia no pudo repetirse 2 años después. Tras la épica remontada del Liverpool en la final de Estambul, Shevchenko falló dos goles en los últimos minutos de la prórroga y se convirtió en el gran villano al fallar el penal decisivo ante Dudek.
6)Ganó el Balón de Oro.
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2004 fue el mejor año a nivel individual de la carrera de Shevchenko. El ucraniano fue el máximo goleador de la Serie A al marcar 24 tantos que llevaron al AC Milan a coronarse campeones de Italia por primera vez en 5 años. La proeza de Shevchenko le valió hacerse acreedor del Balón de Oro 2004, ganándole en las votaciones a un tal Ronaldinho.
7)Su mentor, su inspiración.
"La influencia de Lobanovsky en mí es tan profunda que todavía le veo en sueños" 2004
Valery Lobanovski fue su primer entrenador en el Dinamo de Kiev quien confió en él y se convirtió en su mentor. Lobanovski falleció en 2002 y tan cercana era la relación entre ambos que cuando Shevchenko ganó la Champions en 2003, lo primero que hizo fue tomar un avión con rumbo a Ucrania para ofrecerle la medalla al gran Lobanovski en su tumba. Tras ganar el Balón de Oro en 2004, Sheva hizo lo mismo y dedicó este premio a su gran mentor, dejando en claro la gran importancia que tuvo en su vida.
8)El Inter, su víctima favorita.
Gol al Inter en la semifinal de la UCL en 2003
El Inter de Milan se convirtió en el cliente favorito de los goles de Shevchenko. A lo largo de su carrera le marcó 15 goles a los neroazzurri.
9)Shevchenko el poeta.
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Sheva siente una gran pasión por la poesía y por la cultura ucraniana en general. Es un gran fanático del poeta Taras Schevchenko, el autor ucraniano más renombrado. Durante las concentraciones en el Dinamo Kiev, el delantero solía llevar libros y juagaba con el kinesiólogo del equipo a ver quién recordaba más versos. No hay duda de que es un gran apasionado de la literatura.
10)Del campo a los banquillos
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Tras una infructuosa incursión en el mundo de la política, Shevchenko se enfocó de nuevo en el fútbol. Desde 2016 es en DT de la Selección de Ucrania y su país tiene las esperanzas puestas en su ídolo nacional, con la confianza de que los devolverá a un Mundial; ahora no con sus goles, sino con sus decisiones y tácticas.