como bella
a la orilla de un pétalo
esperando que el rocío me peinara lo cabellos.
Y ahí veo el polen que lleva un insecto.
Criatura grotesca
llena de amor sin condición.
Hacia lo que sabia sin pensarlo.
Sin preguntarse cuantos más, quienes o para que.
Solo lo hacía sin pensar...
Y voló,
voló a un lugar de donde las aves son capaz de caer...
Voló con fuerza para reposar a mí lado en el pétalo de aquella flor. Miro mi color y suspiro de amor. Divina tentación que me hizo de él su presa.
Su Semillas de creación.
Ya no era uno si no dos.
Eran muchos en uno.
Era luz esparcida
por el cielo estrellado
y el sol apagado me recordó
que al amanecer
estaría más viva que ayer.